Importantes proyectos de obra pública ofrecen esperanza aún en la situación de pandemia.
Por Revista Summa
Una serie de fideicomisos que administra el Banco Nacional, son fuertes impulsores del progreso en Costa Rica, y aún en época de pandemia demuestran que pueden servir de contrapeso en un momento tan crítico para seguir adelante, en la esperanza de ofrecer resultados que mejoren la obra pública y la calidad de vida de los ciudadanos.
En este tipo de fideicomisos, especialmente los relacionados con obra pública y titularización, existen dos actores básicos: el Fideicomitente, que es la entidad que constituye un fideicomiso y entrega sus bienes y derechos para una obra en particular, y el Fiduciario, que es el ente que lo va a administrar, en este caso el Banco Nacional.
Desde hace más de 20 años el BN trabaja en este tipo de fideicomisos, y a la fecha, por ejemplo, en lo que es titularización se tienen US$250 millones en papel bursátil, colocado en el mercado de valores para el financiamiento de estos proyectos, explicó la Directora de Fideicomisos, Sra. Lourdes Fernández Quesada. “En una situación tan compleja como la actual, tenemos vigentes distintos modos de financiamiento para movernos en infraestructura pública”, añadió.
A continuación, se mencionan algunos fideicomisos que impulsan el desarrollo en Costa Rica:
Fideicomiso Sutel-BN: El Fideicomiso de Gestión de Proyectos y programas SUTEL-BN, existe desde el 2012, y va ya por el Programa 4. Espacios Públicos Conectados, con 400 conexiones en sitios públicos como parques u otros. La pandemia vino a probar la importancia de esta gestión y de los otros programas: Comunidades Conectadas, que ha beneficiado con acceso a Internet a regiones en la periferia del país y con carencia de tecnologías digitales, y Centros Públicos Conectados. De especial importancia, el programa Hogares Conectados que ha subsidiado a poblaciones vulnerables directa e indirectamente, involucrando al sector público y privado, para beneficiar a más de 115.000 familias con computadoras y conexión, herramientas invaluables en momentos en que los jóvenes solo tienen la opción de estudiar por la vía digital. Este Fideicomiso ha logrado una disminución en la brecha digital existente, en tiempos donde la conexión a internet, lejos de un lujo es una necesidad absoluta.
Fideicomiso BN-MEP: Es un caso exitoso, logrado con una Unidad Ejecutora que administra el proceso constructivo. Este fideicomiso fue constituido por una ley que fijó un número determinado de obras entre escuelas, colegios y áreas deportivas, con un presupuesto básico. En la marcha, las construcciones debían tener una alta calidad que demandó costos mayores, obras cuyo diseño varía de una zona geográfica a otra, según el terreno, y condiciones ambientales. Hoy se tienen casi 50 obras entregadas, de primera clase, algunas de mucho impacto en su estructura, como la construcción en La Carpio, que tiene tres niveles, e incluso sección de prescolar y canchas deportivas. Hace poco se recibió el CTP de Alajuelita y el Centro Educativo Finca 6 en Palmar, y se está en la recta final de 8 proyectos por concluir. Se ha planteado un proyecto de ley para que se pueda llegar al objetivo inicial: unas 100 edificaciones.
Fideicomiso Estadio Nacional: Está firmado con el ICODER desde hace 8 años y permite administrar la llamada “joya de La Sabana”, manteniéndola en perfecto estado. Tiene una Unidad Gerencial y una Junta Administradora, empresarios y deportistas que trabajan fuerte para mejorarlo. El Estadio requiere realizar actividades deportivas y culturales, para el buen mantenimiento de infraestructura pública y esto lo ha logrado con una administración muy eficiente, que generó que el Estadio Nacional tuviera sus propios recursos para lograr el mantenimiento. En la época de pandemia que vivimos, se utiliza como centro de operaciones de la Comisión Nacional de Emergencias.
Fideicomiso BN Bomberos de Costa Rica: Administra la construcción de dos mega estaciones del Cuerpo de Bomberos -que se levantan una al norte y otra al sur de la capital- y que fortalecerán la calidad y la agilidad de este importante servicio. Tiene la característica de contar con financiamiento dual, una parte se dio por colocación de títulos valores puestos en el mercado bursátil y que aún circulan, y la otra parte es vía crédito. Entre octubre y noviembre de este año las mega estaciones podrían estar listas.
Fideicomiso BN-PANI: la obra pública hecha a la medida es muy importante. Este fideicomiso está en etapa de concretar la instalación de una Unidad Ejecutora y servirá para levantar 37 obras para albergues de niños, especialmente diseñados para las necesidades de este segmento poblacional. El PANI por su parte, va a trasladar el gasto que actualmente soporta en arrendamientos, al pago de obra nueva y propia para sus actividades.
Fideicomiso Torre de la Esperanza: Un edificio que será para el cuidado de pacientes críticos del Hospital de Niños. La CCSS es el beneficiario y el fideicomiso lo constituye la Asociación Pro-Hospital de Niños. Con los flujos de esta última es que se va a trabajar; por lo pronto la CCSS está en búsqueda del terreno.
“Los fideicomisos se rigen por el Código de Comercio y son cuidadosamente gestionados a la luz de la Contratación Administrativa, con la mayor transparencia y confianza en el cuido de los recursos. Siguen siendo en definitiva una esperanza para mejorar la obra pública en el país, aún en tiempos de pandemia”, concluyó la directora Lourdes Fernández.