Las compañías que destacan en este pilar han empoderado a sus equipos para que logren resolver los conflictos.
Por Rocío Ballestero / Investigación y análisis: Korn Ferry
Es la capacidad y voluntad de aprender de la experiencia y, posteriormente, aplicar ese aprendizaje para desempeñarse con éxito en condiciones nuevas y por primera vez, en un terreno desconocido. No es lo mismo que la inteligencia o el conocimiento técnico, es una mentalidad y saber qué hacer ante un imprevisto.
Los líderes de aprendizaje ágil se promueven dos veces más rápido que sus compañeros y se les califica de más competentes, capaces de impulsar el éxito y brindar a las empresas la habilidad de adaptarse para enfrentar entornos inciertos y prosperar.
Se mide por:
- 1 Agilidad de cambio: Que les guste experimentar y se sientan cómodos con el cambio.
- 2 Agilidad de resultados: Entrega de beneficios en nuevas situaciones desafiantes.
- 3 Agilidad mental: Facultad para examinar problemas de manera única e inusual.
- 4 Agilidad interpersonal: Comunicadores expertos que pueden trabajar con diversos tipos de personas.
- 5 Conciencia de sí mismo: Grado en el que conocen sus verdaderas fortalezas y debilidades.
Resultado:
Las compañías que destacan en este pilar han empoderado a sus equipos para que logren resolver los conflictos e imprevistos que se presenten, de manera ágil. Los altos mandos tienen un alto grado de interrelación personal con sus subalternos; conocen las fortalezas, intereses y limitaciones propias y colectivas, y capitalizan de ello para lograr las metas.
Las organizaciones han asumido el compromiso de enfocarse en desarrollar líderes capaces de impulsar resultados y de permear en los demás para fortalecer su sentido de pertenencia, compromiso y participación. Además, les brindan capacitación continua para que alcancen su máximo potencial.