El verdadero valor de la tecnología se alcanza cuando está acompañada de talento preparado.
Por Revista Summa
La inteligencia artificial está transformando el entorno laboral, consolidándose como una herramienta estratégica que complementa y fortalece el trabajo de las personas. Su adopción permite a las organizaciones optimizar procesos, innovar en sus operaciones y dedicar mayores recursos a tareas de alto valor.
Con su integración en diversas industrias, la IA ha generado nuevas dinámicas en la forma en que se estructuran los puestos de trabajo. Más que modificar el número de colaboradores, lo que se observa es una evolución en las habilidades requeridas y en las funciones que las personas desempeñan.
Un informe de IBM, publicado en 2023, indica que el 40% de la fuerza laboral a nivel mundial necesitará adquirir nuevas competencias en los próximos tres años para adaptarse a este entorno tecnológico. Este estudio destaca la importancia de la formación continua y la adaptación de habilidades para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes presentan en el ámbito laboral.
La aplicación de IA, junto con dispositivos conectados y automatización, ayuda a las organizaciones a anticiparse a necesidades, reducir errores, mejorar la atención y avanzar hacia modelos más sostenibles. A la vez, libera tiempo para que los equipos se enfoquen en áreas estratégicas como la creatividad, el análisis crítico y la toma de decisiones con criterio humano.
Formación y adaptación: la clave está en las personas
El verdadero valor de la tecnología se alcanza cuando está acompañada de talento preparado. Por ello, impulsar procesos de actualización y formación continua se vuelve fundamental. Cada persona debe contar con las herramientas necesarias para crecer profesionalmente en un entorno donde la tecnología es una aliada.
Al integrar soluciones de IA con una visión centrada en las personas, las organizaciones pueden avanzar con confianza hacia un futuro laboral más eficiente, dinámico y humano. Esta evolución no solo mejora el rendimiento de las operaciones, sino que también abre camino a nuevas oportunidades de desarrollo profesional.
La evolución del empleo impulsada por la inteligencia artificial no es una competencia entre tecnología y personas, sino una oportunidad para fortalecer el talento humano. Si las organizaciones impulsan el desarrollo de habilidades y el aprendizaje continuo, podrán construir entornos laborales más resilientes e inclusivos, donde la tecnología sea una aliada para el crecimiento de las personas y de los negocios.