Actualmente, mรกs de la mitad de la poblaciรณn mundial reside en zonas urbanas, una tasa que la ONU prevรฉ que alcance el 70 % en 2050.
Por EFE
En las grandes ciudades, los barrios mรกs ricos suelen tener mรกs รกrboles, mรกs aves y, en definitiva, mรกs espacios verdes. Este fenรณmeno, conocido como โefecto lujo”, revela una desigualdad ambiental que se repite desde Nueva York a Londres y de Pekรญn a Ciudad del Cabo: el acceso a la naturaleza tambiรฉn depende del bienestar econรณmico.
Mientras en Brasil se celebra la COP30, con la biodiversidad y la justicia ambiental en el centro del debate, un estudio coordinado por la Universidad de Turรญn aporta una nueva perspectiva: la desigualdad ecolรณgica dentro de las ciudades.
โLa biodiversidad urbana es clave para entender las interacciones entre las personas y la naturaleza y cรณmo podemos convivir en armonรญa con ella”, explica a EFE Irene Regaiolo, biรณloga y autora principal de la investigaciรณn.
El trabajo, publicado en la revista cientรญfica People and Nature, analiza mรกs de un centenar de estudios internacionales y confirma una tendencia: los barrios mรกs acomodados tienden a albergar una mayor biodiversidad, mientras que las zonas desfavorecidas suelen ser mรกs grises y pobres en vegetaciรณn.
Un desequilibrio global
El โefecto lujoโ se puede observar en muchas ciudades, pero Regaiolo destaca que โno es universalโ, sino que depende del contexto urbano y geogrรกfico, y de las necesidades socioeconรณmicas de cada poblaciรณn.
Segรบn la investigadora, la mayorรญa de los estudios sobre este fenรณmeno proceden del norte global โNorteamรฉrica y Australiaโ, lo que deja lagunas sobre lo que ocurre en las ciudades del sur.
โLos paรญses en vรญas de desarrollo suelen tener otras prioridadesโ, observa, como el acceso a la alimentaciรณn o la seguridad, โcuestiones que en el norte no representan un problema inmediato para la mayorรญa de la poblaciรณnโ.
Por eso, las dinรกmicas urbanas son โdistintasโ, aunque comparten desigualdades parecidas: centros ricos frente a periferias pobres, donde la diferencia de acceso a la naturaleza se traduce, segรบn explica, en injusticia ambiental.
El estudio, enmarcado en el Objetivo 11 de la Agenda 2030 de la ONU, apunta a un desafรญo creciente: cรณmo diseรฑar ciudades mรกs sostenibles, inclusivas y equitativas, capaces de conciliar las necesidades sociales con las ambientales.
โSi queremos que las ciudades del futuro cumplan esos objetivos, debemos avanzar en una direcciรณn que concilie las necesidades ambientales y socialesโ, opina.
El riesgo de la โgentrificaciรณn verdeโ
El estudio advierte tambiรฉn sobre otro fenรณmeno: la llamada gentrificaciรณn verde.
Para intentar reducir el “efecto lujo”, algunos investigadores proponen โcrear espacios verdes pรบblicos en los barrios marginalesโ, pero Regaiolo piensa que es โuna soluciรณn un poco simplistaโ porque puede provocar el โaumento del valor inmobiliarioโ, encareciendo el barrio y volviรฉndolo inaccesible para sus habitantes.
Para evitarlo, los autores proponen soluciones mรกs integrales: huertos urbanos, jardines comunitarios y proyectos de ciencia ciudadana que involucren directamente a la poblaciรณn local, consiguiendo espacios que, ademรกs de conservar la biodiversidad, fortalecen los lazos sociales, crean empleos verdes y refuerzan el sentido de pertenencia, seรฑala.ย
Las ciudades en el centro del debate climรกtico
Actualmente, mรกs de la mitad de la poblaciรณn mundial reside en zonas urbanas, una tasa que la ONU prevรฉ que alcance el 70 % en 2050, lo que significa que โpara muchas personas, la ciudad podrรญa ser el รบnico espacio donde experimentar la naturalezaโ, afirma Regaiolo.
Por ello, defiende que las รกreas verdes urbanas deben convertirse en laboratorios de sostenibilidad: โLas soluciones basadas en la naturaleza โdesde plantaciones hasta infraestructuras verdesโ pueden ayudar a combatir el cambio climรกtico, reduciendo las islas de calor, promoviendo la conservaciรณn de la biodiversidad y fomentando la inclusiรณn socialโ, concluye.

