Transparencia, eficiencia e impacto: las tres columnas de la organización bajo la nueva presidencia ejecutiva.
Por Rocio Ballestero
A lo largo de 65 años de existencia, el BCIE ha sido un aliado estratégico de sus 15 países miembros: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Belice, México, Colombia, Argentina, Cuba, España, República de China (Taiwán) y República de Corea. En la región centroamericana, su impacto es tal que los proyectos que ha financiado durante las últimas dos décadas representan cerca del 50% de los fondos provenientes de la banca multilateral de desarrollo.
El 1o de diciembre de 2023, por primera vez en su historia, una mujer asumió la presidencia ejecutiva: Gisela Sánchez, quien se ha enfocado en que cada financiamiento genere beneficios sociales, ambientales y económicos medibles. Hoy son claros los frutos de esa estrategia que ha permitido fortalecer alianzas, atraer inversionistas responsables y reposicionar al banco como uno de los más sólidos a nivel mundial, con una calificación AA+ según S&P Global Ratings.
“Desde el inicio de mi gestión busqué incorporar esa visión de sostenibilidad, propósito y triple impacto positivo al corazón del BCIE, convencida de que son los motores para una Centroamérica más resiliente e inclusiva. Liderar una institución de tanta relevancia, complejidad y diversidad cultural como ésta, que pertenece a naciones con realidades muy distintas, además de ser una experiencia profundamente enriquecedora y un gran honor, ha significado escuchar, construir consensos y mantener siempre el foco en tomar decisiones que generen beneficio real. También es una oportunidad para demostrar que el liderazgo puede ejercerse con empatía, sin renunciar a resultados tangibles”, asegura Sánchez.
Otra de sus prioridades ha sido fortalecer la gobernanza de la organización, vía una transformación institucional centrada en la transparencia, la ética y la rendición de cuentas. Conllevó la implementación de nuevas políticas internas, el reforzamiento de los parámetros de integridad institucional la aprobación de una nueva Política de Acceso a la Información y el lanzamiento de su primer Portal de Datos Abiertos.
“Hoy somos una institución más eficiente, moderna, responsable y alineada con los más altos estándares internacionales, lo cual genera confianza entre los países miembros, los inversionistas y los organismos internacionales. Estamos implementando una agenda de transformación integral: digitalización de procesos, simplificación de estructuras y adopción de prácticas de gobernanza basadas en estándares globales. Además, redujimos tiempos de respuesta, impulsamos el acceso público a la información y reforzamos la gestión del riesgo con políticas anticorrupción más estrictas. Todo esto tiene un solo propósito: que el BCIE sea más transparente, ágil y cercano a las necesidades de nuestros países”, afirma con orgullo.
Un desempeño excepcional
En estos dos años, el BCIE alcanzó los mejores resultados financieros de su historia y cuatro acciones positivas de calificación crediticia: una mejora de su perfil crediticio individual (SACP, por sus siglas en inglés) desde “aa-” hasta “aa” por parte S&P Global Ratings (agosto 2025), dos cambios de perspectiva a Positiva: Aa3/Positiva/P-1 de Moody’s (agosto 2025), AA/Positiva de JCR (abril 2025) y, recientemente, una mejora de calificación hasta “AA+” de S&P Global Ratings (noviembre 2025). La líder lo aduce a un trabajo integral, orientado a afianzar la eficiencia operativa, la disciplina financiera y la confianza de los mercados internacionales.
“Hemos logrado diversificar nuestras fuentes de fondeo, emitir bonos en 27 monedas y 26 mercados, ampliar nuestras operaciones con impacto ambiental bajo un nuevo Marco de Bonos Sostenibles y consolidar un perfil de riesgo sólido. No obstante, más allá de los números, lo que explica este gran des- empeño es una gestión con propósito: finanzas que permiten reducir las tasas de interés y reinvertir más recursos en proyectos que mejoran la vida de las personas”, enfatiza.
De hecho, este 2025 la entidad volverá a cerrar con indicadores de desempeño récord y otros hitos: la emisión global sostenible más grande de su historia (US$1.500 millones), el debut en el mercado de libras esterlinas con GBP 750 millones y la firma de Acuerdos de Intercambio de Exposición por US$1.150 millones con CAF y CDB (las primeras operaciones de ese tipo entre bancos en rango de calificación “AA”). Además, su cartera crediticia registró el mayor nivel de diversificación geográfica e incrementó su impacto positivo con la aprobación de 20 operaciones por más de US$2.500 millones a los países miembros.
Otro logro institucional relevante es que avanzó de BB a BBB en la calificación de criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) que otorga Morgan Stanley Capital International (MSCI), lo cual reafirma tanto su compromiso con la sostenibilidad, la transparencia y una gobernanza sólida como su capacidad para gestionar de manera efectiva los riesgos y oportunidades asociados a esos ámbitos.
Aparte, en el primer año de gestión de Sánchez, el BCIE aprobó la Estrategia Institucional 2025–2029, una hoja de ruta diseñada para maximizar el impacto positivo en los países, estructurada en cuatro pilares: Transparencia, Excelencia Operacional, Impacto Positivo y Finanzas de Alto Impacto, con siete objetivos estratégicos y siete habilitadores que le permitirán mantener el rumbo. Dicho hito se acompañó también de la aprobación de una renovada Estrategia Financiera 2025-2029, enmarcada en garantizar la autosostenibilidad financiera del Banco en el largo plazo.
El BCIE del futuro
Resiliencia climática, transición energética, inclusión financiera, movilidad sostenible y fortalecimiento del tejido productivo son temas prioritarios en la nueva agenda del BCIE, en el marco de proyectos que fomenten la integración, la competitividad y el bien- estar social, con un enfoque en la reducción de brechas de desigualdad.
Otra área en su mira es el fortalecimiento de las mipymes y del ecosistema emprendedor. Sánchez explica la razón: “Las pequeñas y medianas empresas son el motor del empleo, la innovación y la recuperación económica de Centroamérica, por eso, desde el BCIE impulsamos líneas de crédito especializadas, fondos de inversión, garantías y asistencia técnica, junto a alianzas con la banca local que faciliten el acceso a financiamiento en condiciones favorables”.
Al mismo tiempo, a lo interno se seguirán incrementado los esfuerzos para retener al mejor talento humano “porque detrás de cada logro financiero y cada proyecto exitoso hay equipos compro- metidos con la excelencia y el impacto positivo”.
Bajo esas directrices, el BCIE evidencia que ve las finanzas como un medio, no como un fin. Así, se apoya en su fortaleza para ofrecer mejores condiciones de crédito, atraer capital internacional y movilizar recursos hacia proyectos con impacto real.
“Cuando financiamos una carretera o un hospital lo hacemos con las tasas más bajas y con acompañamiento técnico para asegurar que el proyecto sea sostenible, inclusivo y eficiente. Esa combinación de solidez y propósito es lo que llamamos finanzas de alto impacto: convertir cada crédito aprobado y asistencia en bienestar, empleo y oportunidades para miles de familias”, explica.
La presidente ejecutiva también es clara con respecto a su visión del negocio: “Veo al BCIE como el motor financiero de la integración y transformación sostenible no solo de Centroamérica sino de todos los países a los que servimos. Queremos ser el puente entre la región y el mundo, canalizando inversiones en infraestructura resiliente, energía limpia, agua, salud, educación y apoyo a las mipymes. Apostamos por un desarrollo con equidad, innovación y respeto por el ambiente, que haga que nuestros países sean más prósperos”.
Tampoco duda sobre cuál espera que sea su legado al concluir su mandado: “Me gustaría dejar un banco más fuerte, más transparente y conectado con las personas. Un BCIE que combine excelencia técnica con sensibilidad social, que inspire confianza y orgullo, pero, sobre todo, donde cada proyecto financiado se traduzca en oportunidades reales para quienes más lo necesitan”.
“Cuando financiamos una carretera o un hospital lo hace- mos con las tasas más bajas y con acompañamiento técnico para asegurar que el proyec- to sea sostenible, inclusivo y eficiente. Esa combinación de solidez y propósito es lo que llamamos finanzas de alto im- pacto: convertir cada crédito aprobado y asistencia en bien- estar, empleo y oportunidades para miles de familias”, expli- ca.
La presidente ejecutiva también es clara con respecto a su visión del negocio: “Veo al BCIE como el motor financiero de la integración y transformación sostenible no solo de Centroamérica sino de todos los países a los que servimos. Queremos ser el puente entre la región y el mundo, canalizando inversiones en infraestructura resiliente, energía limpia, agua, salud, educación y apoyo a las mipymes. Apostamos por un desarrollo con equidad, innovación y respeto por el ambiente, que haga que nuestros países sean más prósperos”.
Tampoco duda sobre cuál es- pera que sea su legado al concluir su mandado: “Me gustaría dejar un banco más fuerte, más transparente y conectado con las personas. Un BCIE que combine excelencia técnica con sensibilidad social, que inspire confianza y orgullo, pero, sobre todo, donde cada proyecto financiado se traduzca en oportunidades reales para quienes más lo necesitan”.
ALGUNOS PROYECTOS EMBLEMÁTICOS APROBADOS EN LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN
GUATEMALA
Complejo educativo y deportivo Campus San Cristóbal: US$11 millones
El BCIE realizó su primera participación en una operación sindicada para el sector educativo en Guatemala, junto con BID INVEST y el Fondo Climático Canadiense, con el objetivo de impactar positivamente la vida de más de 11.000 estudiantes guatemaltecos. Estos fondos se destinarán a la construcción de una extensión de la Universidad de Occidente, un colegio de primaria y secundaria y un moderno campus deportivo de nivel olímpico.
EL SALVADOR
Programa Surf City – Fase I y II: US$178,9 millones
Tiene como objetivo mejorar las condiciones de movilidad urbana, turística, logística y la gestión de recursos naturales de una de las zonas más importantes para El Salvador. Incluye la ampliación a 4 carriles de tramos clave de la carretera CA02, mejora de 16,87 kilómetros de infraestructura vial, peatonal y ciclista desde el by- pass de La Libertad hasta Playa el Zonte, 3 plantas de tratamiento de aguas residuales, construcción del puente sobre el río Huiza y el intercambiador del Corredor del Pacífico en Acajutla. Adicional a su financiamiento, el BCIE logró movilizar US$70 millones adicionales del OPEC Fund para la Fase II del Programa, reafirmando su rol no solo como financiador, sino como catalizador de fondos para el desarrollo de los países.
HONDURAS
Programa de recuperación sostenible del Lago de Yojoa: US$80 millones
Primera operación en canalizar recursos no reembolsables de la iniciativa Global Gateway de la Unión Europea (US$16,6 millones). Su objetivo es promover la restauración integral y sostenible del ecosistema del Lago de Yojoa a través de una iniciativa integral de medidas innovadoras que abordan las múltiples amenazas a dicho ecosistema. Incluye la implementación de estrategias de gobernanza y ordenamiento territorial, incremento de capacidades, infraestructura resiliente, desarrollo sostenible y conservación. Con esas medidas se busca mejorar la calidad del agua, conservar la biodiversidad, fortalecer la resiliencia de las comunidades locales y fomentar un desarrollo socioeconómico equitativo y sostenible.
NICARAGUA
Programa de mejoramiento y ampliación en 4 sistemas de agua potable en 5 ciudades de Nicaragua: US$130 millones
Prevé mejorar la calidad de vida de más de 140.000 nicaragüenses en los municipios de Ocotal, Camoapa, Diriamba, San Jorge y Buenos Aires. Ampliará el servicio de agua potable en las ciudades atendidas, conectando 8.346 nuevas viviendas. De esa forma se reducirán las enfermedades de origen hídrico por falta de agua potable, mejorando así la productividad y calidad de vida de la población. Incluye medidas de adaptación al cambio climático, así como un plan de gestión de género y población vulnerable.
COSTA RICA
Ampliación y mejoramiento del corredor vial San José-San Ramón: US$770 millones
Intervención de obras esenciales a lo largo de los más de 55 km de este corredor vial que conecta a San José con el occidente del país. Incluye la ampliación de las autopistas General Cañas y Bernardo Soto, la construcción de una nueva radial de 4,45 km en Río Segundo de Alajuela, así como la construcción y mejora de 16 intercambios que interconectan con las provincias de Heredia y Alajuela, en beneficio de más de 180.000 usuarios por día y más de 500.000 personas.

