En Costa Rica, las emisiones anuales generadas por metro cuadrado de construcción rondan las 0.78 toneladas de CO₂.
Por Revista Summa
Concreto, acero y estereofón son solo algunos de los materiales de construcción que han experimentado transformaciones significativas en este primer cuarto del siglo, impulsados por la necesidad de reducir las emisiones de carbono del sector. Según el Global Alliance for Buildings and Construction de las Naciones Unidas, la construcción es responsable del 39% de las emisiones globales de CO₂, subrayando la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles y de bajo impacto.
Mauricio Lecaro, arquitecto y gerente de ADAPTIVA, una firma costarricense líder en arquitectura regenerativa, señala que esta transformación no solo es necesaria, sino inminente: “Entre enero y julio de 2024, se gestionaron aproximadamente 4.5 millones de metros cuadrados para construcción en el país, según datos del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA). Esto representa un crecimiento del 28% en comparación con el mismo período del año anterior, y deja en evidencia la importancia de implementar medidas afirmativas para reducir las emisiones de carbono asociadas a estos desarrollos” indicó Lecaro.
Protagonistas de la huella
En Costa Rica, las emisiones anuales generadas por metro cuadrado de construcción rondan las 0.78 toneladas de CO₂, lo que equivale a 3.51 millones de toneladas solo en el primer semestre de este año.
De acuerdo con Lecaro, los materiales de construcción tienen un peso significativo en esta huella y por eso, están evolucionando. Por ejemplo, a nivel global, la producción de cemento (uno de los principales componentes del concreto) ha pasado de 1.2 a 2.9 gigatoneladas de CO₂ desde el año 2000, en respuesta a una creciente demanda. En Costa Rica, la producción anual de cemento es de aproximadamente 1.56 millones de toneladas.
“La industria está explorando alternativas que capturan CO₂ durante el curado del concreto, lo cual podría reducir hasta en 0.4 toneladas de CO₂ por cada tonelada de cemento. Estos nuevos concretos, en lugar de curarse solo con agua, se exponen a dióxido de carbono durante el proceso de fraguado y endurecimiento. Esto provoca una reacción química llamada carbonatación, donde el CO₂ se convierte en un mineral estable y queda atrapado en la estructura del concreto de forma permanente.”, explicó Lecaro.
Por su parte, el estereofón (EPS), un material de aislamiento tradicional con una elevada huella ambiental, genera 6.9 toneladas de CO₂ por tonelada producida.
En Costa Rica, la Ley 9706 restringe el uso del poliestireno expandido, pero aún se permite su uso en la construcción. Sin embargo, el sector ha ido transicionando hacia materiales como la lana de piedra (1.3 toneladas de CO₂ por tonelada), la lana de madera (0.75), y el corcho (0.12) los cuales permiten una reducción significativa en emisiones.
En lo que respecta al acero, este material ha logrado aumentar su tasa de reciclaje de un 40% en 2000 a un 85% en la actualidad. Sin embargo, la producción de una tonelada de acero todavía genera en promedio 1.8 toneladas de CO₂, aunque la innovación en el uso de hidrógeno en su proceso de elaboración podría reducir esta cifra a 0.5 toneladas.
Lecaro hace énfasis en que un elemento fundamental de cambio es la adopción de Declaraciones Ambientales de Producto (EPDs), las cuales son documentos verificables y basados en normas internacionales que comunican el impacto ambiental de un producto a lo largo de su ciclo de vida, documentación que ha ganado terreno en el mercado costarricense donde se calcula que ya un 15% de los materiales empleados cuentan con EPDs.
“Es fundamental que todos los actores del sector –gobierno, empresas y sociedad– trabajemos juntos para alcanzar una industria que responda eficazmente a la crisis climática. Este es un llamado a transformar prácticas, adoptar herramientas innovadoras y comprometernos con un futuro sostenible” indicó Lecaro.