Estudio de Worldpanel muestra cambios en el perfil de los consumidores en medio de la inestabilidad política.
Por Revista Summa
América Latina se enfrenta en 2025 a una verdadera bomba de tiempo fiscal. El endeudamiento excesivo, la recaudación tributaria ineficiente y los patrones de gasto público desalineados con la realidad económica amenazan con comprometer la sostenibilidad financiera de varios países. Este desequilibrio impacta directamente en la capacidad de inversión de los gobiernos y presiona las políticas sociales y económicas, aumentando las tensiones entre los intereses políticos y las demandas del mercado.
Paralelamente, datos de la tercera edición del estudio Pressure Groups Latam, de Worldpanel, revelan cómo la incertidumbre económica ha moldeado el comportamiento de consumo de la población. El estudio, que encuestó a casi 15 mil personas en ocho mercados, señala una leve mejora en el bienestar financiero de los latinoamericanos en 2025, aunque con diferencias significativas entre los países.
El estudio clasifica a los consumidores en tres perfiles: los Comfortable, que pueden comprar todo o casi todo lo que desean; los Managing, que necesitan controlar sus gastos; y los Struggling, que viven al límite financiero. Este año, los Comfortable pasaron del 25% al 27% de la población en la región. Los Struggling retrocedieron del 29% al 27%, mientras que los Managing continúan siendo el grupo mayoritario, con un 46%.
En México, Chile y Brasil, los Comfortable superaron a los Struggling. México lideró esta recuperación (del 25% al 32%), seguido por Chile (del 33% al 36%) y Brasil, que se mantuvo estable en 30%. En cambio, en Argentina, América Central y Perú, aunque hubo un avance entre los Comfortable, los Struggling siguen siendo mayoría. En Bolivia, Colombia y Ecuador se observó un aumento de la población en situación de mayor vulnerabilidad. En Colombia, por ejemplo, los Struggling subieron del 28% al 34%.
Según Kesley Gomes, Directora de PanelVoice en Worldpanel, el escenario financiero influye directamente en los hábitos de compra. “Aunque la región muestra señales de recuperación, con una mejora en el bienestar financiero de parte de la población, en los países bajo mayor presión económica predomina una estrategia de contención. En mercados con mayor comodidad financiera, es más común encontrar consumidores activos, en busca de promociones y oportunidades. Comprender estas diferencias es esencial para que la industria de bienes de consumo se conecte de manera efectiva con los consumidores de América Latina”, afirma.
Con desafíos fiscales crecientes, inestabilidad política e impactos sociales cada vez más intensos, el año 2025 exige una atención redoblada por parte de gobiernos, empresas e inversionistas para comprender y responder a las rápidas transformaciones en el comportamiento de la población latinoamericana.