Uno de los principales problemas está en las listas de espera: el promedio de espera por una cirugía ronda los 544 días.
Por Revista Summa
Marianela Ortiz Ryan, tiene 42 años, es mamá de un muchacho de 24 años, esposa y vecina de San Juan de Dios de Desamparados. Desde el 2017 comenzó con muchos dolores de piernas, vientre y ovarios y tras insistentes visitas al Ebais y a la Clínica del Seguro Social de Aserrí sin una respuesta asertiva a sus dolores, decidió acudir a la medicina privada en búsqueda de “una ayuda”.
Ahí una ginecóloga le realizó varios estudios y le indicó que existían un 99% de probabilidades que sus intensos malestares se debieran a una endometriosis; sin embargo y por falta de recursos no pudo continuar con esta atención y fue entonces cuando otro médico la refirió al Hospital de las Mujeres, pues sus crisis de dolor eran aún más fuertes y más prolongadas.
Hoy está a la espera de una cirugía exploratoria que no llega y que pareciera no estar cerca debido a las largas listas de espera que como en otras áreas existe actualmente. “Estar en esta situación es muy desgastante, hay días que no puedo ni levantarme de la cama… Me ha afectado mucho psicológicamente yo lo único que quiero es que me operen y me ayuden a sentirme mejor”, cuenta Marianela.
Una situación similar vive Andrea Chávez Miller, de 37 años quien tiene 9 meses de esperar una histerectomía (operación para extraer el útero), luego que desde los 20 años comenzara con fuertes dolores y tras ser diagnostica hace 4 años con una endometriosis y adenomatosis. Ella consultó sobre su cirugía y la respuesta fue que en estos momentos están haciendo las del 2019. “Es muy frustrante porque lo peor es que no tenemos idea ni cuándo puede llegar a ser, mientras mi calidad de vida cada día se deteriora más”.
Grettel Roxana Solís Molina, vecina de Heredia es ostomizada y desde hace dos años espera una cirugía por una hernia que le ha crecido significativamente y que compromete su salud. Ella también sabe lo que es deprimirse no solo por sus malestares sino por la espera de una cirugía que no llega.
Por casos como estos y otros miles de pacientes que lamentablemente se han visto afectados por estar en listas de espera que incluso se incrementaron a raíz de los efectos de la pandemia, es que la Cámara Costarricense de la Salud hace un llamado a las autoridades entrantes para que juntos puedan mejorar la atención de las personas.
“Para la Cámara Costarricense de la Salud, el tema de mejoramiento en el acceso a los servicios de salud es fundamental y por eso es que hemos elaborado propuestas para trabajar conjuntamente en función de la población que merece una mejor atención de salud”, manifestó Massimo Manzi, Director Ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Salud.
De acuerdo con el estado actual de los plazos de espera de la Caja Costarricense del Seguro Social, las áreas con mayor afectación en este sentido son las de Ortopedia, Neurocirugía,
Otorrinolaringología, Vascular Periférica, Urología y Cirugía General.
Actualmente, el promedio de espera por una cirugía ronda los 544 días aproximadamente, evidenciando el reto que tiene la seguridad social para atender esta problemática que se agravó con la pandemia. Por ejemplo, actualmente en Ortopedia la lista de espera es de hasta 791 días, Cirugía General de hasta 528 días, en Oftalmología la espera llega a los 400 días y en Obstetricia hasta los 362 días.
Las Alianzas Público-Privadas representan una de las propuestas del sector privado a través de esquemas de participación tanto en la provisión de servicios de salud, en la gestión hospitalaria según esquemas llamados de “bata verde” o “bata blanca”, así como la adquisición de tecnologías sanitarias (tanto equipos médicos como medicamentos) bajo esquemas novedosos de pago por desempeño o riesgo compartido.
La idea con esto, según explicó Manzi, es mejorar el acceso por parte de los pacientes a servicios de salud y tratamientos de una manera más ágil y oportuna, y apoyar los esfuerzos de la institución hacia una mayor sostenibilidad financiera, en un contexto de costos de atención crecientes y disminución de ingresos debido al contexto económico y social del país.
“Es importante que enfrentemos estos retos como “un solo sistema de salud” aprovechando todos los recursos disponibles del sistema de salud tanto público como privado y enfrentar de la mejor manera los problemas existentes”, enfatizó el representante de la Cámara.