Proyecto promueve la implementación de prácticas regenerativas en el cultivo de nueve productos esenciales dentro de la cadena de abasto de FIFCO.
Por Revista Summa
Como parte de su estrategia de adaptación y mitigación ante los impactos del cambio climático y su filosofía de Sostenibilidad Expansiva, FIFCO implementó en el 2024 una nueva iniciativa de agricultura sostenible. El proyecto está dirigido a los proveedores y productores de materias primas agrícolas esenciales dentro de la cadena de abasto de la compañía.
La agricultura es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, debido al uso de fertilizantes, el manejo de tierras, y la potencial deforestación que implica en muchas ocasiones. A la vez, es una de las actividades más impactadas por la variación del clima. Por esa razón, el Programa de Prácticas Agrícolas Sostenibles se convierte en un componente clave del plan de adaptación climática de FIFCO, cuya producción de alimentos y bebidas depende directamente de la agricultura.
Por medio de la iniciativa, la empresa une esfuerzos con alrededor de 20 productores y proveedores de materias primas agrícolas, para la implementación de prácticas regenerativas y resilientes al clima. Bajo este enfoque se prioriza la reducción de emisiones, la conservación del suelo, el manejo eficiente del agua, el uso responsable de pesticidas y el bienestar de los trabajadores; elementos clave para proteger los ecosistemas agrícolas y generar un impacto positivo en las comunidades rurales.
El programa se centra en nueve productos: malta, trigo, azúcar, tomate, frijol, manzana, pera, maíz y té.
Estos insumos se cultivan en once países de Europa, Asia y América, incluyendo a Canadá, Estados Unidos, Chile y Argentina. También Costa Rica y Guatemala, de donde se obtiene el azúcar utilizado en la producción de bebidas.
Del diagnóstico a la acción
El primer paso de este proyecto consistió en el desarrollo de una herramienta para evaluar el nivel de sostenibilidad y resiliencia de los proveedores agrícolas. Este instrumento evalúa aspectos críticos como la calidad del aire, la conservación del suelo, el manejo de plagas y de desechos, la biodiversidad, la energía y el empleo justo.
Actualmente, FIFCO trabaja mano a mano con los proveedores en la aplicación del diagnóstico para identificar riesgos y oportunidades de mejora en cada caso.
Para el 2025 se prevé el diseño e implementación de los planes de acción orientados a alcanzar los más altos niveles de desempeño ambiental, social y de gobernanza en la actividad agrícola.
“La agricultura es una de las actividades más vulnerables al cambio climático y, a su vez, una fuente a considerar en la emisión de gases de efecto invernadero. En FIFCO estamos comprometidos a apoyar a nuestros proveedores en la transición hacia una agricultura más sostenible, ayudándoles a innovar y a implementar prácticas que no solo reduzcan las emisiones, sino que también fortalezcan su resiliencia frente a los impactos del clima,” afirmó Maria Pía Robles, directora de Relaciones Corporativas de FIFCO.
La promoción de prácticas agrícolas sostenibles genera múltiples beneficios para las comunidades y el ambiente:
· Conservación de los recursos naturales, incluyendo el suelo, el agua y la biodiversidad.
· Mitigación de los impactos del cambio climático, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementar la capacidad de adaptación.
· Aumento de la productividad y rentabilidad de la actividad agrícola, al mejorar la calidad del suelo y prevenir las plagas y enfermedades en los cultivos.
· Mejora en la salud y calidad de vida de quienes cultivan la tierra y sus familias, al reducir la exposición a agroquímicos nocivos.
· Mayor acceso de los consumidores a alimentos seguros, saludables y nutritivos que contribuyen a su bienestar.
Esta iniciativa es un esfuerzo más de la compañía por integrar a toda su cadena de valor en su visión de sostenibilidad expansiva, la cual, apuesta por la creatividad, la colaboración y la innovación para generar cambios positivos y duraderos.