ALCO lideró un estudio que cuantifica el impacto económico de la obesidad y evidencia sus efectos en la salud, la productividad y el desarrollo del país.
Por Revista Summa
Costa Rica enfrenta una de las crisis sanitarias más complejas y silenciosas de las últimas décadas: la obesidad. La reciente publicación del Decreto Ejecutivo Nº 44780-S, que declara esta condición como una enfermedad crónica de interés en salud pública, confirma su gravedad y exige una respuesta articulada y urgente desde todos los sectores de la sociedad.
En este contexto, la Asociación Lucha Contra la Obesidad (ALCO) lideró, en conjunto con el Centro de Investigación Médica, Epidemiológica, Clínica y de Salud Pública para Centroamérica (CEVAXIN), un estudio que expone con contundencia la magnitud del problema: el 68,5% de la población adulta costarricense vive con sobrepeso u obesidad, con una prevalencia del 74% en mujeres y 63% en hombres. El grupo etario más afectado corresponde a personas entre 50 y 69 años, donde el 45% vive con obesidad.
También se evidenció el enorme impacto económico y social que esta enfermedad tiene para el país. Solo en 2023, los costos médicos directos asociados a la obesidad superaron los $4.644 millones de dólares, principalmente por patologías como la diabetes tipo 2, la enfermedad renal crónica, la cirrosis hepática no alcohólica y las cardiopatías isquémicas, una de las principales causas de muerte vinculadas a esta condición. Estos datos confirman que la obesidad no solo es un problema sanitario, sino también una amenaza directa al desarrollo económico del país.
Ante este panorama, “reconocer la obesidad como enfermedad fue un paso histórico. Pero si no actuamos ahora, con medidas concretas y prevención real, estaremos hipotecando el futuro sanitario y económico del país”, advirtió Jose Arturo Vega Boza, director ejecutivo de ALCO.
A esto se suman los costos indirectos que acompañan esta condición: más de $290 millones de dólares en pérdidas económicas por productividad y ausentismo, y 80.399 años de vida saludable sacrificados, según el indicador AVAD (Años de Vida Ajustados por Discapacidad), que representan los años perdidos por muerte prematura o vividos con discapacidad a causa de enfermedades asociadas.
“La evidencia es contundente. No estamos hablando solo de peso, estamos hablando de años de vida perdidos, de una carga económica insostenible y de un impacto social que no se puede seguir ignorando”, afirmó la Dra. María Lucila Carrasco, representante de CEVAXIN. “De mantenerse esta tendencia, para 2050 Costa Rica será uno de los países con mayor prevalencia de obesidad en el mundo, y los costos podrían superar los $7 billones de dólares”, agregó.
Frente a este diagnóstico, ALCO reafirma su compromiso de impulsar cambios reales en la atención de esta enfermedad. Única en Centroamérica con presencia sostenida en medios de comunicación a través de un programa especializado en obesidad, la organización hace un llamado urgente a todos los sectores a trabajar de manera articulada para garantizar la implementación efectiva de la Norma Nacional para la Atención Integral del Sobrepeso y la Obesidad, de cumplimiento obligatorio en todos los servicios de salud públicos y privados.
Además, recalca que el abordaje debe ser integral, libre de estigmas y centrado en el respeto. Esto implica entornos de atención dignos y multidisciplinarios, donde las personas reciban diagnóstico oportuno, tratamiento, seguimiento, acompañamiento emocional, orientación alimentaria y atención médica especializada.
La declaratoria coloca al país en una posición única en América Latina. ALCO insta a convertir esta oportunidad en un modelo de referencia para la región, recordando que detrás de cada estadística hay una historia, una persona, una vida.