Los contenedores de exportación tienen como destino el puerto de Vlissingen, en Países Bajos, informó Japdeva.
Por EFE
El Gobierno de Costa Rica celebró este viernes el regreso de la empresa bananera Chiquita como cliente del puerto estatal Gastón Kogan, ubicado en el Caribe, tras la llegada de un buque que transporta carga de importación y exportación, un anuncio que se produce un día después de que la compañía informara en la vecina Panamá la «terminación laboral» de sus trabajadores en huelga en una provincia caribeña.
«Con gran entusiasmo damos la bienvenida a la empresa Chiquita como nuevo cliente» de la estatal Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), indica un comunicado de la institución.
La empresa ya había sido cliente de este puerto costarricense en años anteriores como el 2019 y 2021.
La información oficial indica que este viernes llegó al puerto el buque Italian Stream, bajo condiciones favorables de clima, para descargar 180 contenedores de importación y cargar 130 contenedores de exportación, en los que van un total de 3.051 cajas de banano.
Los contenedores de exportación tienen como destino el puerto de Vlissingen, en Países Bajos, informó Japdeva.
Este anuncio ocurre un día después de que la empresa bananera informara en la vecina Panamá la «terminación laboral» de sus trabajadores en huelga en la provincia caribeña de Bocas del Toro, por «abandono injustificado» tras días de diálogo entre el Gobierno y el sindicato.
La empresa no especificó el número de afectados, pero una fuente precisó a EFE que son cerca de 5.000.
La víspera, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dio un ultimátum a los sindicatos bananeros, que se sumaron a una huelga impulsada por el sector obrero y docente que se oponen a una batería de iniciativas del Gobierno, pero en especial contra una ley que reforma la seguridad social a la que consideran lesiva para sus jubilaciones.
La empresa bananera aseguró en Panamá que «de manera respetuosa» solicitó «en reiteradas ocasiones» el llamado a los colaboradores para que regresaran a sus puestos de trabajo.
Según la compañía, el «abandono total» de las fincas ha provocado «pérdidas que superarán, al menos, los 75 millones de dólares y daños irreversibles en la producción».