Así, Copa Airlines operará cuatro vuelos semanales entre Panamá y el Aeropuerto Salgado Filho.
Por EFE
La aerolínea panameña Copa informó este jueves del reinicio de los vuelos entre Panamá y el Aeropuerto Internacional Salgado Filho (POA), de Porto Alegre, después de que ese aeródromo permaneciera cerrado hasta el pasado octubre por las fuertes lluvias que afectaron a esa zona de Brasil.
«Este momento marca no solo el regreso de nuestros vuelos, sino también el fortalecimiento de nuestro compromiso con la ciudad y con todos aquellos que dependen de este aeropuerto como puerta de entrada al mundo. Estamos entusiasmados de dar la bienvenida a nuestros clientes y de contribuir a la recuperación de la región», dijo country manager (gerente de país) de Copa Airlines, Raphael de Lucca.
El primer vuelo partió desde Panamá hacia la capital de Rio Grande do Sul este miércoles y aterrizó en Porto Alegre a las 00:20 hora local del día siguiente, según informó Copa Airlines.
Así, Copa Airlines operará cuatro vuelos semanales entre Panamá y el Aeropuerto Salgado Filho. El vuelo CM821, que se inauguró el 18 de diciembre, partirá de Panamá los lunes, miércoles, jueves y sábados a las 15:06 (hora local de Panamá), llegando a Porto Alegre a las 00:20 del día siguiente. Por su parte, el vuelo CM820, que saldrá de Porto Alegre, despegará los domingos, martes, jueves y viernes a la 1:25, llegando a Panamá a las 6:38.
Y este viernes, además, se celebra «la llegada del primer avión de Copa Airlines al Aeropuerto Salgado Filho» en un evento que contará con la presencia de algunos directorios de la aerolínea panameña.
El pasado 18 de octubre, el Aeropuerto Internacional Salgado Filho de la ciudad brasileña de Porto Alegre, uno de los mayores del país, volvió a operar más de cinco meses después de que unas devastadoras inundaciones cubrieran de agua la región sur de Brasil.
A inicios de mayo, las lluvias torrenciales llevaron a una subida repentina de los ríos que rodean Porto Alegre y la crecida inundó por completo las pistas de aterrizaje del aeropuerto, el décimo que más pasajeros recibía en Brasil antes de la tragedia.
La clausura forzó a los habitantes de esta ciudad, cuya región metropolitana cuenta con más de cuatro millones de personas, a usar bases militares readaptadas para la emergencia o a desplazarse cientos de kilómetros para tomar un vuelo.
El Gobierno federal financió con 426 millones de reales (unos 75 millones de dólares o 69 millones de euros) las obras de restauración del aeropuerto, que incluyeron la repavimentación de las pistas.
Además de forzar el cierre de la terminal, las inundaciones provocaron la muerte de 183 personas y el desplazamiento de alrededor de medio millón en Rio Grande do Sul.