El Banco Mundial hizo un inversión de US$80 millones para ejecutar proyectos en todas las comunidades indígenas de Panamá.
Por EFE
Tras años de retraso, las autoridades de siete etnias originarias de Panamá comienzan a ver los primeros resultados del Consejo Nacional de Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas (Condipi), un proyecto que busca ser un ejemplo regional para empoderar y democratizar a estas comunidades.
«El Condipi es la creación de un esfuerzo conjunto entre el Estado panameño, las autoridades tradicionales y el Banco mundial, que tiene como único propósito utilizarlo para el desarrollo integral de los pueblos indígenas», dijo en una entrevista con Efe la ministra de Gobierno de Panamá, Janaina Tewaney Mencomo.
El pasado sábado el Gobierno de Panamá dio luz verde a la ejecución de seis obras para construir infraestructuras de servicios básicos en comunidades indígenas azotadas por las altas tasas de pobreza multidimensional, por un monto de 12,6 millones de dólares, y en los próximos días abrirá la licitación para otros cuatro proyectos.
En la reunión estaban presentes las autoridades tradicionales – presidente del congreso y cacique- de seis comarcas y cinco comunidades indígenas de Panamá, junto al Ministerio de Gobierno, Ministerio de Educación, Ministerio de Salud y el Banco Mundial, organismo que financia el proyecto.
«Esto es un ejemplo y un plan espejo para la región», señaló Mencomo.
El Condipi está conformado por las autoridades de siete etnias, Emberá, Wounaan, Guna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri, y pretende ser «un mecanismo abierto» entre el Estado panameño y los pueblos indígenas, para que estos puedan decidir en qué y cómo se invierte en sus comunidades.
La iniciativa surge a raíz de una violenta ola de protestas en la provincia caribeña de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, en 2010, bajo el Gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), en contra de la denominada «Ley Chorizo», que culminó con dos muertos, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, la mayoría de ellos indígenas, la población más predominante de la zona.
«(Eso) nos hizo sentar, con el apoyo de la ONU, en una mesa de diálogo, en la que se hizo una introspección para ver lo que necesitábamos para incluir a nuestros pueblos indígenas en el desarrollo integral y económico del país», agregó Mencomo.
US$80 MILLONES PARA DESARROLLO DE PUEBLOS INDÍGENAS
El Banco Mundial hizo un inversión de 80 millones de dólares para ejecutar proyectos en todas las comunidades indígenas de Panamá.
De esos 80 millones de dólares, unos 35 millones serán usados este año: 19 millones de dólares están destinados al primer semestre de 2022 y 15,8 millones de dólares al segundo, explicó la ministra.
Mencomo detalló que el proyecto conlleva tres etapas: la primera es la construcción, seguida de una fase de «equipamiento y fortalecimiento de las capacidades de aquellos que van a formar parte de esto», y, la última, la instalación de «un mecanismo de dialogo constante entre Estado y autoridades».
La suma de dinero es equitativa para todas las áreas indígenas, pues los mecanismos que usaron fueron «factor de pobreza más población», por tanto «si la comarca Ngäbe-Buglé (la más grande del país) tiene más población se equipara el tipo de obra por la población que beneficiaria», agregó la ministra.
Se levantarán infraestructuras destinadas a la sanidad y la educación, los ámbitos más demandados en las comunidades, como centros de salud y escuelas.
En Panamá hay más 400.000 indígenas, que representan alrededor del 12 % de la población, la mayoría de ellos viven en comarcas o comunidades -muchas de ellas en áreas de difícil acceso-, donde las tasas de pobreza rozan el 98 % y hay una carencia de servicios básicos.
«POR PRIMERA VEZ, ELLOS DECIDEN CÓMO SE INVIERTE EL DINERO»
Por primera vez, «son los pueblos indígenas que de abajo hacia arriba deciden cómo lo quieren (la inversión)», pues «por medio de sus autoridades tradicionales se sentaron en una mesa y decidieron cómo se administran los 80 millones», detalló Mencomo.
Fueron las autoridades tradicionales quienes «le dijeron al Estado cómo ellos querían que se invirtiera su dinero».
«Normalmente el Estado hace políticas públicas enfocadas a los pueblos indígenas con base en la visión de lo que ellos creen que necesitan los pueblos», pero «esta vez fue distinto», aclaró.
«Todo el éxito de este proyecto influenciará bastante en el continente porque podrá ser usado por otros países como un ejemplo para que los organismos multilaterales intervengan a favor del desarrollo sostenible de los pueblos indígenas», concluyó la ministra panameña.