En un escenario donde la tecnología financiera avanza a pasos agigantados, las fintech en Perú, Costa Rica y Ecuador enfrentan el desafío de innovar sin comprometer la seguridad y el cumplimiento normativo.
Por Revista Summa
La industria fintech ha irrumpido en América Latina con una fuerza que nadie pudo prever hace apenas una década. En países como Perú, Costa Rica y Ecuador, estas tecnologías están redefiniendo la manera en que las personas acceden a servicios financieros, desde la apertura de cuentas digitales hasta la concesión de microcréditos. Sin embargo, este rápido avance tecnológico viene acompañado de un desafío crucial: garantizar que la innovación no desborde los marcos regulatorios que protegen la seguridad y la confianza en el sistema financiero. Aquí es donde entra en juego OCP Tech, una empresa comprometida con el cumplimiento normativo que está ayudando a las fintech de la región a navegar con éxito en este complejo escenario.
María Laura Scagnolari, Compliance Officer de OCP Tech, destaca la importancia de un enfoque integral para el compliance en la era fintech. “La velocidad de la innovación en el sector financiero es impresionante, pero sin una estructura sólida de cumplimiento, estas innovaciones pueden ser efímeras y, en el peor de los casos, riesgosas para el consumidor,” señala. La compañía se ha posicionado como un socio estratégico para las fintech, asegurando que sus avances tecnológicos cumplan con los estándares regulatorios necesarios para operar de manera segura y eficiente.
En Perú, la expansión de las fintech ha sido impulsada en gran medida por la necesidad de mejorar la inclusión financiera en un país donde una parte significativa de la población carece de acceso a los servicios bancarios tradicionales. Las empresas fintech han llenado este vacío con soluciones digitales que permiten realizar transacciones y acceder a créditos a través de dispositivos móviles. Sin embargo, la innovación por sí sola no es suficiente. Scagnolari subraya que “la inclusión financiera debe ir de la mano con el cumplimiento normativo para asegurar que las soluciones ofrecidas sean seguras y sostenibles en el tiempo.”
La empresa ha jugado un papel fundamental en la asesoría de estas fintech peruanas, ayudándolas a desarrollar marcos de compliance que no solo cumplen con las normativas locales, sino que también están alineados con las mejores prácticas internacionales. Un reciente informe de la Asociación Fintech de Perú destaca que más del 75% de las fintech en el país ven la regulación como un desafío importante, lo que subraya la relevancia del trabajo de OCP Tech en la región.
Innovación responsable en Costa Rica
El ecosistema fintech de Costa Rica está marcado por un fuerte enfoque en la regulación, particularmente en áreas emergentes como blockchain y criptomonedas. Aquí, OCP Tech ha sido un actor clave en el desarrollo de marcos de compliance adaptados a las necesidades específicas de las fintech costarricenses. “El cumplimiento normativo no debe ser visto como un obstáculo para la innovación, sino como un habilitador que asegura que estas nuevas tecnologías puedan ganar la confianza del mercado,” explica Scagnolari.
La experiencia de OCP Tech en Costa Rica incluye la implementación de soluciones tecnológicas que permiten a las fintech integrar el cumplimiento normativo desde las primeras etapas de desarrollo. Esta estrategia no solo les ayuda a cumplir con las normativas actuales, sino que también les permite estar preparadas para adaptarse rápidamente a futuras regulaciones. Este enfoque proactivo es crucial en un entorno donde las leyes y regulaciones pueden cambiar con rapidez, especialmente en un sector tan dinámico como el fintech.
Ecuador: automatización del compliance para escalar rápidamente
Ecuador, donde el sector fintech aún está en sus primeras etapas de desarrollo, presenta un desafío único: cómo escalar rápidamente sin perder de vista el cumplimiento normativo. Para las fintech ecuatorianas, la automatización del compliance ha sido la clave para equilibrar el crecimiento con la conformidad regulatoria. OCP Tech ha liderado esta transformación, implementando sistemas que permiten a las fintech monitorear y asegurar el cumplimiento de las normativas en tiempo real.
Scagnolari explica que “la automatización del compliance no solo reduce costos, sino que también permite a las fintech operar con una agilidad que sería imposible de lograr mediante procesos manuales.” Este enfoque ha sido particularmente efectivo en Ecuador, donde las fintech están aprovechando las oportunidades que ofrece un mercado aún no saturado, pero donde las expectativas regulatorias son cada vez más altas.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la regulación fintech en América Latina refuerza la importancia de la automatización en mercados emergentes, destacando que las empresas que adoptan estas tecnologías están mejor posicionadas para cumplir con las normativas y, al mismo tiempo, crecer a un ritmo acelerado. En Ecuador, las fintech que han implementado las soluciones de OCP Tech han logrado captar cuotas de mercado significativas, demostrando que el cumplimiento normativo y el crecimiento no son mutuamente excluyentes.
Un caso que ilustra bien este enfoque es el de una fintech peruana que, gracias al apoyo de la compañía, ha podido expandirse internacionalmente mientras asegura el cumplimiento de normativas en cada uno de los mercados a los que ha llegado. “El éxito de esta fintech radica en su enfoque en el cumplimiento desde el principio, lo que les ha permitido no solo crecer, sino también ganar la confianza de inversores y clientes,” comenta la Compliance Officer de OCP Tech.
A medida que la industria fintech sigue evolucionando en Perú, Costa Rica y Ecuador, el rol del compliance se vuelve cada vez más crítico. Las fintech que logren integrar el cumplimiento normativo en su ADN tendrán una ventaja competitiva en un mercado donde la confianza y la seguridad son fundamentales. Scagnolari concluye que “el futuro del compliance en la industria fintech pasa por la integración de tecnología y regulación, asegurando que las innovaciones sean no solo disruptivas, sino también sostenibles y seguras.”