Están surgiendo soluciones digitales para cambiar la forma en que funciona el movimiento de dinero entre países en la actualidad.
Por Rubén Salazar Genovez, Vicepresidente Senior Global de Visa Direct
Los retos asociados con enviar dinero a familiares que se encuentran lejos son algo personal para mí. Durante mi carrera emigré a varios países. En cada lugar, una de las primeras grandes preguntas que hacía era cómo enviar dinero a mi país, El Salvador. Y cada vez la respuesta era distinta y, muchas veces, un desafío.
No soy un caso atípico. Hay más de 200 millones de personas que envían cientos de miles de millones de dólares cada año a familiares y amigos en otras partes del mundo —para dar una mano económicamente o para celebrar una ocasión especial— con pagos persona a persona de un país a otro, lo que se conoce como remesas. A nivel mundial, se calcula que 800 millones de personas reciben dinero de familiares o amigos para pagar comestibles, servicios públicos y educación.[1]
Y aunque la transformación digital está simplificando la forma en que las personas mueven dinero internacionalmente y eliminando las barreras físicas de tener que trasladarse a un lugar para recibir el dinero, en muchos aspectos, el proceso de las remesas sigue siendo el mismo básicamente que hace 150 años atrás. Algunas transferencias internacionales aún pueden demorar varios días y los costos son a veces pagados por el remitente y el destinatario, para mayor preocupación de los familiares que esperan ansiosamente el dinero que tanto necesitan.
El pasado 16 de junio se celebró el Día Internacional de las Remesas Familiares, un día para reconocer y rendir homenaje a las contribuciones financieras que hacen millones de trabajadores migrantes que envían dinero a sus familias. Las tendencias recientes son evidencia increíble de su resiliencia. En el 2021, la afluencia de remesas a nivel global alcanzó un nuevo récord de USD 773 mil millones, de los cuales USD 605 mil millones se enviaron a países de ingresos bajos y medianos (LMIC, por sus siglas en inglés). Treinta países recibieron más del 10 por ciento de su PIB en forma de remesas en el 2021, y ocho recibieron más de un cuarto de su PIB de esta manera.
Y los costos, aunque siguen siendo elevados, están empezando a disminuir lentamente. Según un informe del Banco Mundial, los costos promedio para el envío de remesas se han reducido ligeramente al 6% a nivel mundial para una transferencia de USD 200,[2] aunque dicho precio sigue siendo el doble de la meta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Esto significa que es más importante que nunca para los trabajadores migrantes contar con las herramientas digitales necesarias para comparar precios y elegir el mejor. Según un estudio de Visa, los «mejores costos disponibles» en muchos mercados han bajado al 2,08%, lo que representa una reducción con respecto al 2,96% registrado en el 2021. Los peores costos siguen siendo elevados: alrededor del 7,09% en comparación con el 6,15% del 2021.
Cómo Llevar las Remesas Digitales Rápidas al Alcance de Todos
Aún queda muchísimo por hacer. Están surgiendo soluciones digitales para cambiar la forma en que funciona el movimiento de dinero entre países en la actualidad. La proliferación en todo el mundo de dispositivos conectados, tecnología financiera e innovación bancaria, así como la transformación de empresas de remesas mundiales y soluciones desarrolladas por redes de pago globales como Visa están ayudando a poner al alcance de todos, remesas digitales[3] rápidas, seguras y sencillas. A tal fin, un estudio de Visa[4] halló que las remesas digitales son el método preferido, que las transacciones solamente digitales ya son las más populares y que la mayoría (59%) de los usuarios de remesas encuestados dice que ha enviado o tiene pensado enviar dinero usando plataformas solamente digitales.
Sin embargo, los retos con respecto a los tiempos y complejidades de las remesas internacionales siguen siendo enormes. No hay, o hay muy poca, interoperabilidad a nivel técnico y regulatorio, incluyendo las disposiciones contra el lavado de dinero (AML por sus siglas en ingles). La mayoría de las transferencias internacionales se gestionan a través de relaciones bilaterales de cadenas de bancos corresponsales, lo cual agrega costos y complejidad.
Cuatro Ideas para que los Legisladores Fomenten la Innovación que Impulse a Todos
A medida que los legisladores trabajan para ayudar a agilizar las remesas digitales, creemos que deben adoptar un enfoque guiado por principios y basado en resultados, dando a los proveedores de servicios y a las redes de pagos la flexibilidad necesaria para innovar. He aquí cuatro recomendaciones:
Entablar un diálogo entre los sectores privado-público y alianzas. Es de amplio conocimiento que los gobiernos, las ONG y el sector privado deben trabajar en conjunto para acortar la brecha de la equidad digital y asegurar que las remesas rápidas, confiables y seguras estén disponibles para todos, en todas partes.
Armonizar los ambientes regulatorios. Las remesas y otros pagos internacionales están sujetos a regímenes regulatorios que pueden agregar obstáculos y complejidad. Armonizar y alinear las reglas en la mayor medida de lo posible puede reducir esos obstáculos. El sector privado puede y debe dar prioridad a la creación de productos que ofrezcan mejores experiencias al cliente y que permitan transferir dinero en forma más eficiente. Pero el sector público también puede jugar un papel ayudando a agilizar los procesos de otorgamiento de licencia para ofrecer los beneficios de las remesas digitales a más corredores y, por tanto, a más personas.
Entender que la escala y la seguridad son imprescindibles para el éxito. Un servicio verdaderamente interoperable debería llegar a la mayor cantidad de puntos finales posible, ya sea que se trate de cuentas bancarias tradicionales, cuentas de tarjetas prepagadas o billeteras digitales. Téngase en cuenta que, por ejemplo, hoy en día solo a través del ecosistema de Visa, una institución financiera puede llegar a un total combinado de más de cinco mil millones de tarjetas y cuentas bancarias. Mientras tanto, adoptar sistemas de seguridad digital puede ayudar a filtrar las transferencias fraudulentas en tiempo real. Las tecnologías como los tokens y la inteligencia artificial aumentan la seguridad de las remesas. Reducir el riesgo de fraude requiere una inversión considerable en áreas como métodos de autenticación, biometría conductual, seguimiento de agregación y velocidad. En forma similar, las herramientas de algoritmos y transacciones para señalizar actividades sospechosas y consultar bases de datos mundiales son componentes esenciales de cualquier solución de pagos en tiempo real.Hay familias en todas partes del mundo que suelen depender de las remesas y a medida que el movimiento global de dinero se vuelve cada vez más digital, hay una necesidad apremiante de tener flexibilidad, facilidad y alcance para enviar o recibir dinero entre países. Los legisladores y el sector privado pueden utilizar las remesas para ayudar a aliviar la pobreza y apoyar las economías locales. Juntos podemos acelerar la inclusión financiera