Desde marzo de 2022, se ha observado un aumento constante en la volatilidad, alcanzando un 7,25%, con un pico significativo del 14,19% en enero de 2023.
Por Revista Summa
Las empresas costarricenses han encontrado en las coberturas cambiarias una herramienta efectiva para protegerse contra las fluctuaciones en el precio de la divisa extranjera y poder resguardar así su flujo de caja y su balance económico.
No es para menos. La volatilidad del mercado cambiario ha experimentado fluctuaciones hasta de 10 colones en un solo día, generando preocupación e incertidumbre entre importadores y exportadores por igual. Desde marzo de 2022, se ha observado un aumento constante en la volatilidad, alcanzando un pico significativo del 14,19% en enero de 2023.
¿En qué consisten estos instrumentos financieros y por qué cada vez más empresas acuden a ellos?
Max Bolaños, gerente Mercados Financieros de Davivienda Costa Rica, comentó que las coberturas cambiarias, conocidas también como contratos a futuro de divisas, ofrecen a las empresas la seguridad de contar con un tipo de cambio fijo en la fecha deseada. “Eso les permite llevar a cabo una planificación financiera sólida en sus operaciones de tesorería. Además, las coberturas dan la posibilidad de proteger los márgenes de utilidad, el flujo de caja y mantener, al mismo tiempo, los costos asociados al tipo de cambio sin trasladarlos a sus clientes finales, lo que puede darles una ventaja competitiva en el mercado”, explicó.
Esta garantía se realiza tanto para el tipo de cambio de cólones a dólares, como para otras monedas como euros, Yenes, Euros, Yuanes, así como Libras Esterlinas y otras, aplica por igual a operaciones de compra o de venta de divisas.
Existen dos tipos principales de coberturas cambiarias. El primero de ellos tiene como objetivo cubrir los riesgos sobre flujos de caja o pagos denominados en una moneda específica. En este caso, al llegar la fecha de vencimiento, ambas partes intercambian los montos pactados al tipo de cambio previamente acordado.
El segundo tipo de cobertura tiene como finalidad proteger descalces en el balance entre pasivos y activos denominados en diferentes monedas. A diferencia del tipo de cobertura anterior, en esta modalidad el precio de liquidación se determina comparando el tipo de cambio a futuro con el promedio ponderado al cierre de MONEX, dos días antes de la fecha de vencimiento, y el monto a liquidar equivale a la diferencia entre ambos tipos de cambio. Esta liquidación por diferencias evita tener que entregar todo el dinero acordado originalmente.
“Es fundamental comprender el origen del riesgo cambiario que afecta a cada empresa, ya sea en el flujo de caja, en el balance o en una combinación de ambos. Esto determinará la estrategia de cobertura adecuada a utilizar. Asimismo, es esencial comprender los flujos de pagos, fechas y montos de los clientes en relación con el comportamiento del Mercado MONEX o FOREX, lo que permitirá definir el porcentaje a cubrir del monto total”, agregó Bolaños.
La diversificación del riesgo es la base estratégica al ejecutar coberturas. Por esta razón, “la regla de oro” establece que no se cubre el 100% del monto, sino que se mantiene una relación de 60/40, 70/30, 80/20 o similar definida por la empresa, donde la mayor porción se protege mediante coberturas y la otra queda expuesta.
“La lógica detrás de esta estrategia es que la porción descubierta se ve favorecida en caso de que el mercado se mueva a favor del cliente, permitiéndole disfrutar de esa participación. En caso de que el movimiento de mercado sea desfavorable, el impacto se minimiza, ya que solo afectará al porcentaje menor, mientras que la mayor parte del volumen está bajo la cobertura contratada. La empresa debe gestionar internamente este análisis y desarrollar su propia política de administración de riesgos y ejecución de coberturas”, destacó.