El mercado voluntario del carbono «es un instrumento creado para ayudar y acelerar la mitigación del cambio climático, lo que se hace identificando las oportunidades que pasan por la preservación de bosques o biomasa.
Por EFE
CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina, ha presentado una iniciativa para fortalecer y fomentar los mercados de carbono en Latinoamérica y el Caribe, con el objetivo de apoyar la descarbonización y aprovechar un mercado al alza.
La Iniciativa Latinoamericana y del Caribe para el Desarrollo del Mercado de Carbono (Ilacc) ha sido presentada por CAF en la 52 Asamblea General de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (Alide) y la Corporación para el Desarrollo de Curazao (Korpodeko), reunida en Curazao (Países Bajos) entre el 17 y 20 de mayo.
El vicepresidente del Sector Privado de CAF, Jorge Arbache, encargado de la presentación de la Ilacc, señaló, en una entrevista con EFE, que la iniciativa del mercado de carbono surgió en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) de Glasgow (Reino Unido), como una «oportunidad» para fomentar la descarbonización y el desarrollo de las economías de la región y luchar contra la pobreza.
Tras el compromiso adquirido con la firma del Acuerdo de París casi 200 países, y más de 2.000 empresas, se han comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global y el cambio climático, con el objetivo de limitar a 1,5 grados el ascenso de la temperatura en el planeta.
Lograr este objetivo supone la reducción de un 50 % de los GEI para 2030 y alcanzar la neutralidad, es decir las emisiones netas cero para 2050.
«El mercado de carbono está conformado en dos tramos, el voluntario y el no voluntario, por temas de reglamentación», según Arbache, y la Ilacc «trabajará con el primero», porque «existen empresas y corporaciones que buscan compensar sus GEI de sus actividades industriales o empresariales.
Explicó que en el caso de la Unión Europea el mercado de carbono está definido por «marcos y normas que regulan estos mercados», y, además «la UE va a incorporar una tasa para la importación de bienes y servicios».
El mercado voluntario del carbono «es un instrumento creado para ayudar y acelerar la mitigación del cambio climático, lo que se hace identificando las oportunidades que pasan por la preservación de bosques o biomasa, es decir, soluciones basadas en la naturaleza (SBN) y, de otro lado, con la creación de incentivos para la preservación y la compensación de GEI».
Es en este mercado voluntario en el que CAF trabajará «después de los avances logrados en Glasgow sobre la institucionalidad del artículo 6 del Acuerdo de París que regula este tramo», según Arbache, porque los precios del mercado de carbono «no paran de subir y la demanda de estos créditos de carbono desde los que se compensan las emisiones no paran de avanzar».
La CAF quiere aprovechar que «América Latina y el Caribe es la región que tiene el 40 % de potencial global de generación de créditos de carbono para el mercado voluntario, según varias consultorías», sostiene, una iniciativa que Arbache -explicó- «ayudará a otros países y otras regiones» en la senda de la descarbonizacón.
«Con esta realidad, no es posible dejar de buscar una solución o una combinación de intereses» para la lucha contra la pobreza, así la Ilcca, «un mercado gigantesco, con un potencial inmenso, permitirá -dijo- la generación de inversiones y todo lo que tiene que ver con mercados financieros y capitales sofisticados».
Según CAF, en 2021, el mercado voluntario de carbono alcanzó los mil millones de dólares, a un precio promedio (de enero a noviembre) un 35 % más alto con respecto al 2020.
Basándose en datos de la consultora de energía Wood Mackenzie, se estima que el mercado de carbono puede alcanzar los 22 trillones de dólares hasta 2050, tras pasar, en un principio, el precio de tonelada de carbono de 0,5 dólares a 5 dólares, y en un proceso del incremento de la demanda, podría alcanzar entre los 75 y los 100 dólares por tonelada, «un precio necesario para que la economía global reduzca las emisiones en las más de tres décadas restantes».
Con esta iniciativa de CAF pretende crear las condiciones para que los gobiernos de la región exploren «al máximo posible» las posibilidades que «puede brindar este mercado en términos de generación de empleos, de renta, de inversiones, de movilización de recursos internacionales, de empresas con mucho conocimiento, de universidades, y todos juntos creen las condiciones para que este mercado se viabilice».
En la región, según el banco, Argentina, Chile, Colombia y México lideran el desarrollo de los instrumentos de precios del carbono (IPC), como parte de las reformas estructurales (fiscales) más amplias y se ha observado la búsqueda del desarrollo de cooperación de mercado por parte de los países de Latinoamérica, como la Alianza del Pacífico.
Un mercado que se incrementará, además, por «la exigencia de los jóvenes y la sociedad civil» de luchar contra la crisis climática, concluyó Arbache.