Previo al aprovechamiento de la nube, las organizaciones confiaban en soluciones y softwares que debían comprar, mantener y actualizar cada vez que fuera necesario.
Por Sandra Guazzotti, Head Multi-Country de Google Cloud Latinoamérica
Frente a una mayor digitalización y conectividad entre las personas, las empresas de todos tamaños y de todas partes del mundo están apostando por su transformación digital. Y es que han descubierto en la tecnología, y en particular en la nube, a una aliada para satisfacer sus necesidades de conexión entre colaboradores, innovación para ofrecer mejores productos a sus clientes, y automatización de procesos específicos de industrias.
Adicionalmente, el uso de la nube viene con otros beneficios de tipo financiero y de seguridad que pueden ser aprovechados por organizaciones como PyMes, nativos digitales, empresas transnacionales y hasta instituciones gubernamentales u ONGs. Esto debido a que les proporciona una infraestructura que atiende a las regulaciones locales y que cuenta con la capacidad necesaria de almacenamiento y ejecución de aplicaciones que cada organización requiere, lo cual representa un cambio importante en comparación con la manera en que se solía actualizar la infraestructura tecnológica hace algunos años.
Previo al aprovechamiento de la nube, las organizaciones confiaban en soluciones y softwares que debían comprar, mantener y actualizar cada vez que fuera necesario; y que además solo podían ejecutar en sus propias instalaciones o de forma local, un modelo poco flexible y altamente costoso, si pensamos, por ejemplo, que un comerciante minorista debía costear actualizaciones de sistemas para poder llevar a cabo un evento de alta demanda como un Black Friday, pero que pasada la fecha, y regresando a su demanda cotidiana, tendría que seguir pagando por el mantenimiento de esta infraestructura extra sin aprovecharla al máximo.
Esta situación cambia una vez que ocurre una migración a la nube, pues el sistema flexible y la amplia capacidad con la que cuentan los proveedores de esta, le otorga la posibilidad a las organizaciones de hacer frente a esos momentos de alta necesidad de capacidad tecnológica sólo durante el tiempo que lo requieren, lo que se traduce en ahorros financieros. Como beneficio extra, no existe la obsolescencia, ya que la nube entrega la ventaja de tener la mejor actualización tecnológica en todo momento en temas de seguridad, red y disponibilidad.
Por otra parte, este tipo de tecnología apoya a la productividad de los equipos al entregar plataformas seguras y flexibles, que le permiten a los usuarios trabajar en documentos en tiempo real sin importar la ubicación de cada integrante; contar con acceso a los documentos que requieren en todo momento y comunicarse a través de herramientas seguras de chat y videoconferencia. De hecho, en un estudio de Forrester comisionado por Google se encontró que el uso de Workspace, la plataforma de colaboración de Google Cloud, podía generar beneficios de hasta 6.4 millones de dólares en tres años a las organizaciones; más de la mitad de esta cifra era impulsada por el aumento en la eficiencia y productividad y 13% por la adopción de una cultura de la colaboración y la facilidad con el uso de herramientas.
Entre los ahorros financieros y los de tiempo, las organizaciones tienen la posibilidad de invertir ese capital en proyectos innovadores que generen experiencias de valor para sus clientes y que los ubiquen como líderes de sus sectores.