La clave para cerrar el año con estabilidad no está en gastar más.
Por Revista Summa
Diciembre es uno de los meses más esperados, pero también uno de los más riesgosos para la salud financiera de las familias. La presión social, cultural y emocional alrededor de las celebraciones puede llevar a decisiones impulsivas que terminan convirtiendo un mes festivo en un año completo de deudas.
Según expertos en educación financiera, el verdadero desafío no es económico, sino emocional: durante el fin de año predomina la idea de que “merecemos gastar y celebrar”, lo que lleva a reemplazar el pensamiento racional de “¿puedo pagarlo?” por “¿me lo merezco?”. Este mensaje impulsa el gasto emocional y debilita la disciplina financiera.
“Las fiestas no deberían pagarse con la tranquilidad del próximo año. La libertad financiera es el mejor regalo que podemos darle a nuestra familia”, afirma Josué Arrecis, asesor financiero y Fundador de The Money Company.
Compras, tarjetas y el aguinaldo fantasma: la trampa de diciembre
Durante la temporada festiva, muchas personas enfrentan dificultades para mantener el control de sus finanzas. Entre los errores más comunes se encuentra el llamado “aguinaldo fantasma”, fenómeno en el que el dinero del bono navideño ya está mentalmente gastado antes incluso de recibirlo. También es frecuente recurrir a las tarjetas de crédito para financiar celebraciones, lo que convierte un mes de alegría en varios meses, incluso un año entero, de deudas. A esto se suma la falta de previsión de los gastos inevitables de enero, como matrículas, impuestos o seguros, generando la conocida “cuesta de enero”.
Para evitar caer en ese ciclo, Arrecis recomienda utilizar el método Presupuesto de Suma Cero, apoyado en el sistema de sobres: establecer un monto único y fijo para regalos, cenas y compromisos sociales, y detener el gasto al agotarse ese fondo. La regla principal es mantener diciembre libre de deudas: todo debe pagarse en efectivo. Adicionalmente, es útil aplicar la Regla de las 72 horas antes de realizar una compra impulsiva, acompañada de la pregunta: “Si compro esto, ¿qué meta financiera estoy sacrificando?”
En cuanto al uso de tarjetas de crédito, no es recomendable si existe deuda de consumo activa, si la compra responde a un impulso o si no se podrá pagar el saldo total al corte. Su uso solo es apropiado para quienes están completamente libres de deudas y tienen la capacidad y disciplina para pagar el total cada mes, utilizándola únicamente para beneficios complementarios como millas o puntos.
La clave para cerrar el año con estabilidad no está en gastar más, sino en planificar con conciencia y priorizar la libertad financiera por encima de las apariencias.
Tres claves para cerrar el año con estabilidad financiera
1. Disciplina radical: priorizar pago de deudas y fondo de emergencia.
2. El presupuesto es libertad: cada gasto debe estar planificado.
3. Priorizar legado, no apariencia: la paz financiera vale más que cualquier regalo.
“El verdadero éxito financiero no se mide por lo que gastas en diciembre, sino por la libertad con la que comienzas enero.” — Josué Arrecis, The Money Company.

