La experiencia de Amรฉrica Latina y el Caribe demuestra que la reducciรณn de la pobreza se explica por el dinamismo del mercado laboral.
Por Juan Pablo Uribe, Director de Divisiรณn del Banco Mundial para Centroamรฉrica y la Rep. Dominicana
La pobreza sigue siendo una dura realidad para millones de personas en Centroamรฉrica y Repรบblica Dominicana. Aunque ha habido avances, la regiรณn aรบn enfrenta grandes desafรญos para cerrar las brechas de pobreza y desigualdad.
En Centroamรฉrica y Repรบblica Dominicana, una de cada tres personas vive con menos de 8.3 dรณlares (PPP de 2021) al dรญa, una cifra superior al promedio latinoamericano, donde una de cada cuatro personas aรบn se encuentra en esa situaciรณn. Mรกs preocupante aรบn, para muchos hogares la pobreza no es una etapa transitoria, sino una condiciรณn que permanece en el tiempo. En la regiรณn, la mayorรญa de los hogares pobres se mantienen en esa situaciรณn aรฑo tras aรฑo, perpetuando un ciclo que afecta generaciones.
Los promedios regionales esconden realidades distintas. Paรญses como Honduras y Guatemala registran las tasas de pobreza mรกs altas, 49.8% y 47%, respectivamente. En contraste, Repรบblica Dominicana y Costa Rica presentan los niveles mรกs bajos, 14% y 12.6%. En el caso dominicano, la pobreza se redujo notablemente entre 2014 y 2024, pasando de 33.5% a 14%. Panamรก, por su parte, representa una paradoja: es el paรญs mรกs rico de Centroamรฉrica, pero tiene uno de los รญndices de desigualdad mรกs altos de la regiรณn y una de cada cinco personas vive en pobreza.
Los niveles de pobreza en la regiรณn se asocian con la baja calidad educativa, bajos niveles de inversiรณn en infraestructura, la exposiciรณn a choques climรกticos y los altos niveles de violencia. A esto se suma, los altos niveles de informalidad ligados a la baja capacidad de los paรญses de generar empleos de calidad, un factor esencial para reducir la pobreza.
La experiencia de Amรฉrica Latina y el Caribe demuestra que la reducciรณn de la pobreza se explica por el dinamismo del mercado laboral. Entre 2016 y 2024, el crecimiento del empleo y los ingresos explicรณ el 37% de la disminuciรณn de la pobreza. Este patrรณn se repite en El Salvador y Repรบblica Dominicana, donde el aumento del empleo y los ingresos laborales ha sido el principal motor de sus avances. En la รบltima dรฉcada, estos factores explican alrededor del 74% y el 62% de la reducciรณn de la pobreza, respectivamente, mostrando que el empleo sigue siendo la vรญa mรกs efectiva para transformar vidas y lograr movilidad social.
En estos paรญses, obtener un empleo tambiรฉn representa una mejora en las oportunidades de las personas. En Repรบblica Dominicana, incrementa en 13.5 puntos porcentuales la probabilidad de salir de la pobreza y en 21 puntos la de ingresar a la clase media. En El Salvador, los efectos son de 9.5 y 8.8 puntos porcentuales, respectivamente.
No obstante, los beneficios del mercado laboral no se evidencian en todos los paรญses de la regiรณn. En Guatemala, la reducciรณn de los ingresos reales refleja el estancamiento de la productividad y limita el poder adquisitivo de los hogares, mientras que Panamรก enfrenta dificultades para crear empleos de calidad, lo que afecta a las familias mรกs pobres.
ยฟQuรฉ debemos hacer? Los paรญses de la regiรณn aรบn necesitan implementar polรญticas sociales que ayuden a reducir las desigualdades, mejorando el acceso a servicios bรกsicos y oportunidades econรณmicas, especialmente en los territorios mรกs rezagados. Es fundamental invertir en educaciรณn, salud y capacitaciรณn para que las personas puedan acceder a mejores empleos. Tambiรฉn se debe fomentar la inversiรณn en sectores que generen empleo de calidad, asegurando buena infraestructura y conectividad. Finalmente, es esencial fortalecer la resiliencia de las familias ante situaciones difรญciles, como los efectos de los choques climรกticos, con mejores sistemas de protecciรณn y gestiรณn de riesgos. La evidencia es clara: la generaciรณn de empleos de calidad ayuda a sacar a las familias de la pobreza. Pero para lograr una reducciรณn a largo plazo, se requiere el compromiso de todos: sector pรบblico y privado, academia, sociedad civil y organismos internacionales. La pobreza no se resuelve con esfuerzos aislados; es un reto colectivo que demanda acciรณn coordinada