El ejecutivo latinoamericano Enzo Carpanetti lidera equipos de infraestructura global al convertir la complejidad cultural en una ventaja estratégica.
Por Revista Summa
Imagínese esto: son las 8 a.m. y Enzo Carpanetti está iniciando una videollamada con miembros del equipo dispersos en tres continentes. Alguien en Chile todavía está tomando su café de la mañana, la oficina de Berlín acaba de regresar del almuerzo y, para el equipo de Beijing, ya ha pasado la hora de la cena. Esto no es solo un caos de programación: es la realidad diaria que Enzo Carpanetti navega como ejecutivo latinoamericano al frente de inversiones multimillonarias en infraestructura.
¿Qué hace diferente el enfoque de Enzo Carpanetti? No se trata solo de coordinar zonas horarias, sino de transformar la dispersión geográfica en una ventaja estratégica. Liderando equipos en América, EMEA y APAC, mientras supervisa inversiones en energía, transporte e infraestructura digital, Enzo Carpanetti ha aprendido que el éxito global exige algo que muchos ejecutivos pasan por alto: saber cuándo callar y observar.
“Al principio de mi asignación como expatriado, sentí la presión de obtener resultados rápidos”, reflexiona Enzo Carpanetti. La tentación era clara: aplicar fórmulas que funcionaron antes, avanzar y mostrar resultados. Pero pronto descubrió que lo que triunfa en un mercado puede fracasar en otro. Su solución: dar un paso atrás, escuchar primero, entender el porqué de las prácticas locales antes de intentar transformarlas.
Esta filosofía se extiende más allá de las salas de juntas. Usar frases culturalmente apropiadas, rotar los horarios de reuniones para equilibrar el tiempo invertido por su equipo entre regiones y asumir personalmente las llamadas nocturnas en lugar de delegarlas sistemáticamente: estos gestos construyen la confianza que hace que los equipos globales funcionen de verdad.
La escala del trabajo que lidera Enzo Carpanetti es imponente. Supervisa carteras multimillonarias para inversores institucionales y proyectos que abarcan regiones enteras. Pero lo que realmente le apasiona es otra cosa: empoderar a su gente. “Quiero ayudarlos a brillar más que yo”, afirma Enzo Carpanetti, revelando el propósito que guía su liderazgo.
La tecnología ayuda a cerrar brechas lingüísticas, sí, pero Enzo Carpanetti ha aprendido que las herramientas de traducción y colaboración tienen límites. Lo que realmente importa es el respeto mutuo y la voluntad genuina de adaptarse. Ha visto cómo reunir perspectivas diversas no solo cumple con métricas de inclusión sino que genera soluciones inesperadas y poderosas.
El consejo de Enzo Carpanetti para nuevos líderes expatriados es claro y contracultural: empiece a aprender la cultura antes de subir al avión. Una vez en destino, resista el impulso de implementar cambios inmediatos. Haga preguntas. Comprenda el “por qué” detrás de las prácticas locales. Solo entonces podrá proponer mejoras que la gente realmente adopte.
Gestionar la recaudación estratégica de capital, la supervisión operativa y la integración en mercados desarrollados y emergentes exige precisión y visión. Pero el verdadero reto, según Enzo Carpanetti, no es técnico: es humano. ¿Cómo se crea inclusión genuina cuando el equipo abarca 12 zonas horarias? ¿Cómo se fomenta la innovación cuando chocan estilos de comunicación cultural?
La respuesta, afirma Enzo Carpanetti, no está en evitar las diferencias, sino en aprovecharlas. Cuando alguien en Santiago ve un problema de forma distinta a alguien en Beijing, no es una falla de comunicación: es el punto de partida para las mejores soluciones. Los ejecutivos que entienden esto, que se adaptan de verdad en lugar de simplemente tolerar, son los que triunfan globalmente. Los demás, simplemente programan reuniones. Conéctese con Enzo Carpanetti en LinkedIn.