En marco del Día de las Redes Sociales, LLYC analiza el impacto de las redes sociales en la era del juicio público digital y la velocidad con la que se define el destino de marcas, líderes y empresas.
Por Revista Summa
Este 30 de junio, cuando se conmemora el Día de las Redes Sociales y su influencia en el mundo, es importante tener presente la realidad que enfrentamos como sociedad: una en la que el término viral ha redefinido el propósito de estas plataformas, concebidas originalmente para compartir momentos especiales, personales y cotidianos. Hoy, la viralidad forma parte del objetivo principal de las redes sociales, es un fenómeno de impacto con la capacidad de impulsar carreras, construir reputación hasta acabar carreras y cerrar empresas, en un amplio espectro que puede ir de un extremo a otro en cuestión de minutos.
El poder de la viralidad en las redes sociales da un nuevo sentido al famoso refrán: “Con un gran poder, viene una gran responsabilidad”, con una atinada representación del entorno digital, que exige una estrategia sólida para sostener el éxito sin perder el control de la narrativa. La viralidad puede convertirse en un activo reputacional, pero también en una fuente de desinformación si no se gestiona con diligencia. No se trata solo de alcance: se trata del tipo de conversación que se genera, su dirección, su tono y, sobre todo, su veracidad.
Desinformación viral: el riesgo más costoso
El análisis “La desinformación causa pérdidas reales” elaborado por LLYC, detalla cómo uno de los mayores riesgos actuales es que los contenidos falsos, una vez viralizados, erosionan la confianza pública y afectan directamente el valor corporativo de una empresa. “Cuando se vuelve viral, la desinformación representa una de las amenazas más serias para la estabilidad del mercado, el valor corporativo y la confianza en las marcas”, subraya el estudio.
El oro de la viralidad
El caso de los Juegos Olímpicos de París 2024 retrata otro ángulo del fenómeno de la ‘viralidad’. De acuerdo con el análisis de LLYC The Olympic Conquest of Social Media, atletas sin medallas se convirtieron en referentes culturales globales por su presencia digital, más allá de su desempeño deportivo. “Puedes ser un ícono y marcar tendencias sin ganar una medalla”, concluye el estudio. La narrativa ya no depende del resultado, sino del impacto cultural y emocional generado por segundos de video y olas de retuits.
Un reto de comunicación estratégica
Para las empresas, marcas personales y líderes, el desafío está en navegar este entorno sin perder autenticidad, pero blindándose ante posibles crisis. Esto implica construir una reputación sólida antes de que llegue el momento viral y contar con herramientas para responder con velocidad, precisión y empatía.
“La viralidad es hoy una moneda con dos caras. Puede dar visibilidad, pero también puede distorsionar la realidad. Entender este doble filo es clave para quienes desean influir sin exponerse al colapso”, destacó Michelle Tuy, Directora General de LLYC en Panamá “Ser viral no siempre equivale a tener éxito. Pero sí es, sin duda, una señal de que alguien —o algo— ha capturado la atención del mundo. Qué se hace con esa atención, es lo que realmente define el desenlace.”
En el Día de las Redes Sociales, es necesario tener presente la importancia de ejercer una influencia responsable en el entorno digital. La viralidad debe dejar de ser un fin en sí mismo y pasar a ser una herramienta estratégica para construir reputación, sí, pero con propósito, verdad y empatía.