Costa Rica ha logrado superávits primarios en los últimos años, lo que ha contribuido a disminuir su relación de la deuda y el Producto Interno Bruto (PIB).
Por EFE
El Ministerio de Hacienda de Costa Rica informó este miércoles que Moody’s mejoró la calificación crediticia del país, al pasar de B1 a Ba3, con una perspectiva positiva, debido a la capacidad para gestionar su deuda y apoyado por el crecimiento económico.
De acuerdo con el informe, la decisión de Moody’s se basa en la mejora en la gestión de la deuda, impulsada por una reducción de los costos de financiamiento y la adopción de estrategias de gestión más efectivas.
Según el Gobierno, Costa Rica ha logrado superávits primarios en los últimos años, lo que ha contribuido a disminuir su relación de la deuda y el Producto Interno Bruto (PIB), que en 2023 se situó en 61,1%.
«Esta mejora en nuestra calificación crediticia, es el resultado del compromiso que hemos asumido como país para mejorar nuestras finanzas públicas, implementar una sólida gestión de la deuda y promover el crecimiento económico sostenible», afirmó el ministro de Hacienda, Nogui Acosta.
El reconocimiento de Moody’s «refleja el esfuerzo conjunto de todos los sectores, y reafirma nuestra confianza en que vamos por el camino correcto hacia una mayor estabilidad fiscal», señaló Acosta.
«Seguiremos trabajando con disciplina y responsabilidad para asegurar que el país continúe fortaleciendo su perfil crediticio y manteniendo la confianza de los mercados», agregó.
El titular de Hacienda explicó en conferencia de prensa, que el crecimiento económico del país que alcanzó el 5,1% en 2023, también ha sido otro «pilar fundamental» en esta mejora de la calificación, superando incluso las proyecciones iniciales de Moody’s.
Este crecimiento es impulsado, principalmente, por la demanda externa y el auge de la inversión extranjera en sectores clave, como las zonas francas, que han captado el creciente interés de las empresas transnacionales.
En su informe, Moody’s también advierte sobre los retos fiscales que enfrenta el país, como la necesidad de contener el gasto público y aumentar su base tributaria.
Sin embargo, para el Gobierno costarricense la perspectiva es positiva, ya que el país envía una señal a los mercados nacionales e internacionales, en donde se refleja que la economía está en un crecimiento y su manejo responsable de la deuda pública está dando resultados.
Para las autoridades costarricenses, la combinación de políticas fiscales responsables y un entorno económico favorable sitúan al país en una posición optimista para los próximos años.