Los patronos deben tomar en cuenta que, como parte de las facultades patronales que les otorga la Ley, cabe la posibilidad de realizar modificaciones en el horario de trabajo de los colaboradores.
Por Revista Summa
Recientemente, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anuncio que realizaría racionamientos eléctricos en el país, según un plan establecido por zonas específicas y franjas horarias. Aunque estos no se han realizado aún, estos racionamientos generan diversos impactos en las áreas del empleo, fiscales y de Sostenibilidad de las empresas del país, de acuerdo con los expertos de Baker Tilly Costa Rica.
Impacto a nivel de sostenibilidad en las organizaciones
Angie Elizondo, directora de Sostenibilidad de Baker Tilly Costa Rica, explicó que los racionamientos eléctricos se anunciaron debido a que el país se encuentra bajo el evento El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Este es un fenómeno natural que implica temperaturas oceánicas fluctuantes en el Pacífico ecuatorial, y que causa variaciones en los patrones de lluvia, temperaturas superficiales y vientos.
Debido a que el país se encuentra bajos los efectos de este fenómeno, el ICE anunció que la generación de electricidad se estaba viendo afectada, ya que gran parte de las fuentes de generación para Costa Rica son las plantas hidroeléctricas y las eólicas.
Elizondo señaló que la preocupación de los diferentes sectores industriales y de la sociedad en general frente a esta situación es inquietante, ya que la electricidad es la que permite refrigerar alimentos, tener acceso a medios de comunicación, usar equipos médicos o incluso en ciertas ocasiones es necesaria para abastecerse de otros recursos como el agua y el gas, por poner algunos ejemplos.
“Es un hecho que el sistema eléctrico sufre vulnerabilidad, y que el desabastecimiento es un riesgo con posibilidades de materializarse sumamente altas, así como las consecuencias de su impacto. Es por lo que, con esta situación se refuerza una vez más la necesidad de crear metodologías de trabajo basadas en la sostenibilidad (en equilibrio las tres dimensiones: ambiental, social y económica), que permitan el desarrollo mientras se asegura la resiliencia de las organizaciones”, afirmó la especialista.
Precisamente, algunas de las características de la sostenibilidad que deberían considerarse en la planificación estratégica son:
- Gestión de riesgos como pilar: identificar los riesgos (ambientales, sociales y económicos) de la entidad ayudará a tomar acciones para prevenir y gestionar la materialización de estos, así como a la mitigación de sus efectos.
- Abordar los riesgos de forma integral: a la hora de crear planes de prevención y mitigación de riesgos, se debe consultar a todas las partes interesadas antes de tomar una decisión. Las empresas no deben verse como una entidad aislada, ya que su funcionamiento depende del entorno en el que se desarrolle, como así también debe considerar a quienes dependen de ella por sus productos o servicios.
- Definir la materialidad de la organización: permitirá tomar decisiones con respecto a realizar o no ciertas acciones, por ejemplo: le ayudará a clasificar sus riegos y conocer que tan capaz es la entidad de solventarlos.
- Adaptación al cambio climático: la resiliencia de la organización también va a depender de la capacidad de adaptación a los cambios, es especial aquellos que no puede controlar. Se deben identificar que acciones se requieren para adaptarse al cambio climático: evaluar y rediseñar su infraestructura, como también así sus procesos y recursos. Además, establecer acciones para disminuir su contribución.
Impacto fiscal de las pérdidas generadas por el racionamiento eléctrico
Por su parte, Alberto Porras, socio director de Baker Tilly Costa Rica, comentó que es inevitable que la política de racionamiento emitida por el ICE no impacte negativamente sobre los negocios de los comerciantes que dentro de sus planes de contingencia no contaban con el riesgo que generara la necesidad de una planta eléctrica auxiliar.
Porras señaló que entre los que tendrían mayor afectación destacan los comerciantes que poseen inventarios propensos al deterioro por falta de refrigeración, iluminación, control de humedad u otro procedimiento obligatorio para mantenerlo en óptimas condiciones para su venta.
“Los deterioros deberán, además de su debido registro contable, considerar los elementos requeridos por la Administración Tributaria, para su reconocimiento como gasto deducible, y evitar conflictos futuros ante una fiscalización”, mencionó el socio director.
Añadió que estos elementos son:
- Documentación idónea que acredite fehacientemente tales eventos. Esta documentación debe ser capaz de sustentar y demostrar la ocurrencia del deterioro de las mercaderías involucradas. Un componente práctico es un informe detallado que describa minuciosamente los bienes afectados, acompañado de respaldo fotográfico.
Agregó que, en este sentido, es requisito esencial obtener una certificación emitida por un Contador Público Autorizado (CPA) que avale el valor de los faltantes que resultaron de los eventos. Dicha certificación es de importancia para determinar de manera precisa los montos económicos de las pérdidas y para garantizar la coherencia de los registros contables.
“La anterior práctica, le permite al contribuyente respaldar su pérdida de inventario para la preparación del Impuesto sobre las Utilidades. Además de reducir el riesgo de presunción de venta o autoconsumo, que también tiene incidencia en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), pues la baja de inventario no justificada, le podría generar una IVA por pagar”, recordó Porras.
Impacto Laboral en las organizaciones
Otra de las áreas que se verían impactadas por los racionamientos eléctricos, es la Laboral de las empresas.
Ricardo Nassar, especialista de Baker Tilly Costa Rica, mencionó que, en el tema Laboral, los patronos deben tomar en cuenta que, como parte de las facultades patronales que les otorga la Ley, cabe la posibilidad de realizar modificaciones en el horario de trabajo de los colaboradores, siempre y cuando dichas modificaciones no resulten en un cambio abrupto que cause perjuicio en la rutina diaria de los trabajadores.
Nassar añadió que, tal y como ha sido señalado por la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, cuando el patrono deba de realizar modificaciones de elementos no esenciales de la relación laboral con base en necesidades sobrevenidas, no se estaría incurriendo en Ius Variandi abusivo. “Lo anterior se aplica de manera oportuna como medida necesaria ante la repentina suspensión de servicios eléctricos que ha comunicado el ICE recientemente”, dijo el experto.
En este sentido, recordó que:
“El horario, a diferencia de la jornada, no se considera como uno de los elementos esenciales del contrato de trabajo, por lo que, de no implicar perjuicios para el trabajador, puede ser modificado por el empleador de acuerdo a las necesidades que puedan eventualmente surgir durante la relación laboral.”
Sala Segunda Voto 827 – 2008, criterio reiterado a la fecha.
Además de lo anterior, Nassar afirmó también que, por disposiciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, se ha aprobado la facultad del patrono de modificar el horario de los trabajadores, así como de la modalidad de trabajo ya sea presencial o desde el hogar en función de la afectación que tengan dichas suspensiones en las distintas zonas del país.