Estudio de Texas Tech University revela enfoques clave.
Por Revista Summa
El sector turístico en Centroamérica y República Dominicana experimenta un ascenso vibrante luego de la pandemia por el Covid-19, con un crecimiento del 4% en la llegada de turistas, según reporta la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Este mismo incremento, sin embargo, ha significado para el sector enfrentar el desafío de atender la crisis de la escasez de personal, que procura resolver mediante políticas y estrategias promotoras de las capacidades laborales.
Posterior a la caída drástica de la industria turística de los países en cuestión de un 56% –unos $13.6 billones de dólares en 2020, según datos del WTTC (World Travel & Tourism Council), la curva ascendente genera el desafío de gestionar la capacitación de los colaboradores y mejorar la satisfacción del cliente para que el sector turístico mantenga sus niveles de éxito.
“Varios países de nuestra región muestran una alta recuperación de pasajeros internacionales, sin embargo los operadores turísticos tienen el reto de que sus empresas y colaboradores estén mejor preparados para ser más competitivos y lograr un mejor posicionamiento que el que tenían antes de la pandemia”,explica Alberto Pérez, Director Corporativo de Operaciones para Morpho Travel Retail, una empresa con presencia en 10 países de América Latina.
El experto fue parte del equipo que lideró una reciente investigación en Texas Tech University- Costa Rica sobre la necesidad de impulsar nuevas estrategias del sector para mejorar el entorno de capacitación y aprendizaje de los empleados turísticos.
Esta investigación, resalta la importancia de colocar a las personas en el centro de las estrategias turísticas. Basado en una encuesta regional a 479 participantes de siete países, el estudio identifica áreas clave para el desarrollo de políticas y acciones de capacitación, destacando la necesidad de habilidades en liderazgo, tecnología y competencias blandas.
El turismo juega un papel crucial en la economía regional, ya que es una fuente significativa de ingresos y desarrollo para sus economías. En 2019, el sector aportó un 10.7% al Producto Interno Bruto (PIB) de la región, cifra en la que se destacan países como Belice (37.6%), Panamá (15.6%), Honduras (11%) y Costa Rica (8.2%), según datos de WTTC y del Banco Central de Costa Rica, respectivamente.
En el año 2020, la llegada de turistas internacionales experimentó un drástico descenso del 70.4%, según datos proporcionados por la Secretaría de Integración Turística Centroamericana (SITCA).
No obstante, para el primer trimestre de 2023, las llegadas internacionales en la región de las Américas alcanzaron el 86% de los niveles pre-pandémicos y un 68% en transacciones internacionales, lo cual indica una recuperación gradual.
Las proyecciones para el verano de 2023- 2024 son optimistas, y anticipan que Centroamérica y el Caribe superará los niveles de 2019.
Para ello, el sector requiere que el mercado laboral turístico se recupere ante un panorama regresivo, expresado en los siguientes datos: en 2019, el sector empleaba a 2.1 millones de personas, pero en 2020 se perdieron 400 mil puestos de trabajo.
Aunque los números han mejorado, pues en 2021 se recuperaron 172 mil empleos, representa solo el 43% de las pérdidas, lo cual evidencia la persistencia de retos en la recuperación del empleo en el sector.
Ante este repunte, el desarrollo del talento es crucial para la prosperidad del sector turístico, como ha destacado el Foro Económico Mundial (FEM). La inversión en educación de calidad, capacitación del personal y prácticas de contratación eficientes son fundamentales para equipar a las organizaciones turísticas con una fuerza laboral que pueda adaptarse a las cambiantes necesidades del negocio.
Si bien el turismo en Centroamérica y República Dominicana presenta oportunidades significativas para el crecimiento y desarrollo económico de la región, también enfrenta desafíos importantes en términos de escasez de personal calificado.
El estudio de TTU, ofrece valiosos datos para el desarrollo estrategias efectivas y la colaboración entre los sectores público y privado, lo que permitiría superar estos desafíos y fortalecer el sector turístico regional a futuro.