El triunfo de Milei supone una fractura ideológica en las relaciones entre Caracas y Buenos Aires.
Por EFE
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, consideró este lunes que el triunfo del ultraderechista Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina, celebradas el domingo, representan una «tremenda amenaza» para Latinoamérica, debido al «proyecto colonial» del mandatario electo.
«Nosotros no vamos a callar, porque es una tremenda amenaza la llegada de un extremista de derecha, con un proyecto colonial, absolutamente colonial, arrodillado al imperialismo norteamericano», dijo el líder chavista, tras reiterar su respeto al resultado electoral, durante su programa semanal de televisión.
A su juicio, Milei representa a la «derecha neonazi» de Argentina «que pretende liderar un proyecto colonial en toda América Latina y el Caribe».
Maduro aseguró que el presidente electo «pretende acabar con el Estado, con los derechos sociales y pretende instaurar en el continente lo que fue el proyecto ultraliberal que se impuso en los años 70», cuando en el cono sur -aseveró- «negaron todos los derechos sociales» desde un «Estado represivo, paramilitar y parapolicial».
«Llamamos a la reflexión sobre el surgimiento de focos de la ultraderecha que pretenden imponerse para volver a recolonizar a América Latina y pretenden imponer modelos extremistas. En Venezuela no han pasado ni pasarán, Venezuela seguirá siendo tierra libre y bolivariana», subrayó.
La noche del domingo, poco después de conocerse la victoria de Milei, la líder de la principal coalición opositora de Venezuela, María Corina Machado, lo felicitó por el resultado, que calificó como un triunfo de la lucha por el «cambio» y la «libertad» en Latinoamérica.
La antichavista, inhabilitada para ocupar cargos públicos hasta 2030 por dictamen de la Contraloría General, espera que por vía de la negociación política le sea levantada la sanción para poder competir en 2024, previsiblemente contra Maduro, en el poder desde 2013.
El triunfo de Milei supone una fractura ideológica en las relaciones entre Caracas y Buenos Aires, que vivieron tensiones durante la Presidencia de Macri, las cuales volvieron a normalizarse durante el actual mandato de Alberto Fernández.