Entre las recomendaciones destacan practicar lectura en familia y repasar matemáticas en la rutina diaria.
Por Revista Summa
Llegaron las vacaciones de medio año, lo que para la mayoría significa cerrar los cuadernos y guardar los útiles por al menos 15 días. Sin embargo, para los expertos, aún en este periodo, no se debe bajar la guardia.
Realizar pequeñas rutinas diarias trae muchos beneficios a los estudiantes, no solo para el año en curso, sino también para el desarrollo de diferentes habilidades que le servirán a lo largo de la vida.
Melania Baltodano, orientadora del Centro Kumon Escazú explica que “es muy característico de nuestra cultura que en vacaciones nos olvidemos por completo de las actividades académicas, pero debemos recordar que aún en esa época se debe mantener la mente en forma para no perder agilidad mental y estar preparados para seguir afrontando retos educativos”.
Baltodano agrega que durante las vacaciones se rompe la rutina de trabajo de los niños y si no se fomenta el cumplimiento de pequeños deberes, cuando vuelvan a las aulas será más difícil recuperar el ritmo que tenían antes.
A través del hábito diario de estudio, se consigue desarrollar la concentración y que los alumnos sean más responsables, organizados y que estén más comprometidos con sus deberes escolares, lo que poco a poco resultará en un trabajo independiente que no requiere de la supervisión constante de los padres de familia.
Asimismo, el cumplimiento de hábitos de estudio forman personas competentes, tomando como base la disciplina y la mejora exponencial de su rendimiento académico.
“El estudio y el aprendizaje dependen de las capacidades y habilidades que se pueden estimular desde que nuestros hijos son muy pequeños, por ejemplo la atención, memoria o perseverancia. Atender su desarrollo desde la infancia los ayudará a adquirir una base sólida para seguir creciendo en las siguientes etapas escolares”, agregó la experta.
Algunas recomendaciones para fomentar los hábitos de estudio en estas vacaciones son:
- Establecer horarios fijos para realizar pequeñas asignaciones, que pueden kumon cosir desde los 10 minutos diarios, preferiblemente en las mañanas.
- Crear un ambiente de estudio agradable con todo el material a mano donde disfruten aprendiendo.
- Evitar las distracciones, manteniendo el televisor apagado y los móviles y videojuegos alejados para que se centren en los deberes y se fomente su capacidad de concentración.
- Practicar matemáticas todos los días es una rutina divertida que ayuda a mantener la mente en forma. Puede practicarlas en diferentes momentos del día, por ejemplo, sumando los vehículos cuando vayan de paseo, pidiéndoles que ayuden a hacer las cuentas de los productos del supermercado, etc.
- Fomentar la lectura ayudará a incrementar la creatividad e imaginación y a aprender palabras y conceptos nuevos, además de contribuir a estrechar lazos de unión entre los padres o familiares. Leer ayuda a estimular la capacidad de concentración, y esto a su vez favorece la agilidad mental para abordar una tarea.
- Supervisar sin intervenir a menos que sea necesario. Al principio necesitarán mayor supervisión hasta que interioricen el hábito de estudio y se convierta en rutina, por lo que hay que mostrarles que se confía en ellos y dejarlos evolucionar a su ritmo y con autonomía para que tomen las riendas de su aprendizaje. Baltodano concluye recordando la importancia de motivar a los estudiantes, utilizando frases positivas y felicitaciones de manera que se muestre valor al esfuerzo diario.
“Hacemos las cosas porque nos hacen sentir bien. Cuando nuestros hijos terminan sus tareas, tienen que sentir esa satisfacción personal de haber logrado algo por sí mismos. Este gozo lo podemos reforzar como padres a través del elogio dando valor a esa actitud y a esa perseverancia que han manifestado durante la resolución de los ejercicios”, concluyó.