Gobiernos de América Latina, están reportando avances importantes en la digitalización de sus sistemas tributarios; no obstante, aún queda mucho trabajo por hacer, señala experto de SAS.
Por Revista Summa
La evasión fiscal es una de las principales problemáticas que impacta directamente en el crecimiento y desarrollo económico de un país. En la región, esto no es la excepción.
Por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), citada en el estudio “Transparencia Fiscal en América Latina 2023: Informe de Progreso de la Declaración de Punta del Este” de la OCDE, estima que en 2018 se perdieron EUR 272 000 millones, lo que equivale al 6.1% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, por el incumplimiento tributario, de los cuales el 3.8% corresponde a la evasión del impuesto de sociedades y del impuesto sobre la renta de las personas físicas.2 Además, la CEPAL estima que varios países de la región tienen una brecha en el impuesto sobre la renta de más del 50%.
De acuerdo con expertos en el área, el impacto de la recaudación fiscal es vital para el funcionamiento económico de un país. Debido a ello, los gobiernos deben diseñar políticas en esta materia enfocadas en elevar los fondos públicos, los cuales se dediquen al desarrollo de infraestructura, financiar programas sociales, prestar los servicios que demandan los ciudadanos y fomentar el crecimiento socioeconómico.
Pero ¿cómo lograrlo de forma efectiva? Para Héctor Cobo, VP Regional para SAS México, Caribe, Perú y Centroamérica, se está dando una tendencia que permite optimizar la recaudación tributaria y reducir considerablemente los riesgos de evasión. Esta es la incorporación por parte de los gobiernos y autoridades tributarias de herramientas de detección y prevención de fraudes, basadas en tecnología analítica, estrategia que forma parte de procesos de transformación gubernamental.
“Este cambio apunta hacia tres objetivos específicos. Primero, el aumento de la tasa de recaudación; segundo, el desarrollo de ciudades inteligentes. Y, tercero, evitar el robo interno de información sensible”, afirmó Cobo.
Añadió que, en el primero, destaca la aplicación de la inteligencia fiscal. Este, mencionó el experto de SAS, utiliza el análisis de grandes volúmenes de datos para cruzar información que permita identificar a los contribuyentes, a los beneficiarios del gasto y detectar la informalidad.
Con ello, la Administración Tributaria logra clasificar a cada tipo de contribuyente en tres grupos principales. Si son ciudadanos y empresas que están al corriente con la presentación de sus obligaciones fiscales. El segundo, los que buscan a toda costa evitar el pago de impuestos, y un tercero en donde se ubican los contribuyentes que, si bien hacen sus contribuciones, declaran montos menores.
Cobo señaló que estas plataformas de inteligencia fiscal logran su efectividad porque están soportadas en soluciones de analítica avanzada, gestión de datos, fraudes y seguridad, entre otras. Con la información que genera, los gobiernos son capaces de diseñar políticas recaudatorias efectivas.
“Específicamente, pueden hacer un perfil preciso de cada contribuyente a partir del análisis de su comportamiento pasado y presente. Lo que les da también una visión amplia de cómo se conducirán en el futuro. Asimismo, le proporciona a la autoridad tributaria todas las variables para pronosticar con mayor certeza el monto de los ingresos que obtendrán en los siguientes periodos. Esto les permite planear la distribución del gasto público para financiar proyectos que beneficien a los ciudadanos”, destacó el VP Regional para SAS México, Caribe y Centroamérica.
Añadió que otra de las ventajas de implementar soluciones analíticas en las estrategias contra la evasión fiscal en los países, es que permiten darles un seguimiento cercano a las prácticas de evasión y elusión por parte de las personas físicas y jurídicas. Además, se establece una plataforma de visualización y análisis para una mejor toma de decisiones.
“Los insights obtenidos a través de la analítica permiten aplicar modelos y hacer consultas más sofisticadas a fin de comprender qué áreas y prácticas de negocio pueden afectar el cumplimiento de las obligaciones tributarias”, comentó Cobo.
Gestión de los datos con la analítica
Para el experto de SAS, los gobiernos de América Latina están reportando avances importantes en la digitalización de sus sistemas tributarios. Ello pese a la falta de una infraestructura robusta o presupuestos limitados. No obstante, añadió, aún queda mucho trabajo por hacer.
“En un mundo cada vez más digitalizado, los gobiernos reciben datos de una innumerable cantidad de fuentes. Por ejemplo, sistemas transaccionales, sensores, medios sociales, registros, video y texto. Es importante que sepan que el valor de los datos no radica en la fuente de donde provienen, sino en lo que se hace con ellos. La gestión de datos es una tarea primordial que el gobierno necesita integrar en su estrategia, dado el avance de la digitalización en el sector y entre los ciudadanos. Los gobiernos tienen que ser capaces de adaptarse y responder lo más rápidamente posible en tres áreas clave: el impacto en los ingresos, el desarrollo económico y la transparencia financiera”, afirmó Cobo.
Acá, añadió, es donde la implementación de herramientas analíticas y de Inteligencia Artificial toman mayor relevancia como aliadas de las estrategias de recaudación tributaria de los países.
Un ejemplo de estos sistemas de analítica es la plataforma SAS Detection and Investigation for Government. Este aplica componentes de Inteligencia Artificial y Machine Learning para que los gobiernos o autoridades tributarias detecten la actividad fraudulenta con mayor precisión. Entre sus implementaciones, permite reducir las pérdidas, así como los costos para descubrir e investigar los casos de evasión, además de mejorar la transparencia.
Asimismo, integrar el análisis de medios sociales que correlaciona los vínculos entre individuos y grupos, y la gestión de alertas de múltiples sistemas de monitoreo para tener una perspectiva más amplia del riesgo de evasión fiscal de los contribuyentes.
“La analítica avanzada es capaz de descubrir a quienes no presentan sus declaraciones de impuestos al fusionar datos de diversas fuentes a fin de generar una vista completa de la actividad económica. Asimismo, al aplicar esta tecnología, las instancias fiscales identifican con precisión a los evasores y descubren los vínculos que revelen la colusión entre distintas fuentes de generación de ingresos. Esto es posible gracias a la ejecución simultánea de múltiples métodos analíticos que ofrece una vista detallada del comportamiento de los contribuyentes, la cual se traduce en un lenguaje claro para que el personal a cargo pueda actuar en consecuencia y de manera expedita”, concluyó el VP Regional para SAS México, Caribe y Centroamérica.