Un diseño estratégico basado en tres ejes fundamentales enfocados en materia económica, social y ambiental provoca un impacto directo en la rentabilidad de las operaciones.
Por Revista Summa
El tema de la sostenibilidad ha tomado más y más relevancia en los últimos años, haciendo que los consumidores exijan que las empresas incorporen este tipo de prácticas en la operativa de sus negocios. Según datos del EY Future Consumer Index, el 51% de los consumidores cree que está haciendo todo lo posible para tomar decisiones de compra que den forma a un futuro más sostenible. Por otra parte, el 68% espera que las empresas y organizaciones tomen la iniciativa.
En este contexto, el Centro de Convenciones de Costa Rica (CCCR), operado por Grupo Heroica, se ha enfocado en implementar acciones concretas que contribuyan a mejorar el planeta y al mismo tiempo tener un impacto positivo en el negocio.
“Los beneficios económicos se tangibilizan sobre todo en términos de ahorro energético y aprovechamiento al máximo de los productos utilizados en materia de alimentos y bebidas, rubros que algunas empresas generan gastos invisibles como el uso del papel y el consumo excesivo de agua, se convierten a largo plazo en ahorros que impactan positivamente el número final”, señaló, Maximiliano Chacón, Gerente de Mercadeo y Ventas del Centro de Convenciones de Costa Rica.
La organización cuenta con un diseño estratégico basado en tres ejes fundamentales enfocados en materia económica, social y ambiental, que provocan un impacto directo en la rentabilidad de sus operaciones.
En materia económica y social, el recinto se ha convertido en un dinamizador del sector del turismo de reuniones también conocido como MICE en el país, lo que le ha permitido atender más de 850 eventos, y recibir más de 830 mil personas, con lo que el CCCR ha logrado generar más de 5.000 empleos directos e indirectos.
En materia ambiental, aparte de contar con un edificio altamente eficiente certificado Leed Gold, Edge y BEQ en temas de ahorro energético, ahorro en el consumo de agua, disposición de aguas residuales y uso de agua llovida para riego, entre otros, también cuenta con un plan de gestión de desechos, y una administración de alimentos no utilizados que genera un gran impacto dada la gran cantidad de servicios de alimentos y bebidas que se brindan cada año.
Así como la utilización de los productos hasta su última expresión en la preparación de la propuesta gastronómica, la compra a productores locales, y la estructuración de menús nutricionalmente balanceados.
Además, contar con alianzas público – privadas que juegan roles protagónicos en la inserción de nuevos especialistas al ámbito laboral, es un gran aporte para el crecimiento de la industria. Como es el caso del acuerdo establecido con el INA, en donde el recinto se ha convertido en una escuela para nuevas generaciones de expertos en la preparación de alimentos y bebidas.
Actualmente, el CCCR mide la huella de todos sus programas y se encuentra en el proceso de desarrollo de una “calculadora” muestre la compensación que genera para poder obtener información objetiva del impacto causado hasta la fecha, con el objetivo de extrapolarlo a sus proveedores, clientes, asistentes, y todos aquellos que tienen algún tipo de relación con el recinto.
“La sostenibilidad ha sido un tema que hemos insertado en nuestro diseño estratégico y conlleva una alta dosis de compromiso de todos los involucrados, desde el inicio de nuestra gestión nos hemos preocupado por ir implementando más y mejores prácticas, y esto nos ha colocado en la ruta de aplicar para una certificación de carbono neutralidad, lo que para nosotros sería el verdadero reconocimiento, poder extender este esfuerzo en todo nuestro ámbito de influencia como un ente que aporta positivamente y que en conjunto con clientes que tienen más camino avanzado, proveedores y asistentes podamos lograr objetivos de mayor alcance”, agregó Chacón.