Las regiones de intervención fueron: Huetar Norte, Pacífico Central, Chorotega, Brunca y Central Sur.
Por Revista Summa
Las semillas tienen una gran importancia en la seguridad alimentaria de la población, y por ende en la salud y nutrición de las personas. Además, posibilitan el intercambio de conocimiento y materiales como parte del fortalecimiento colectivo y cultural de diferentes regiones del país.
En Costa Rica se realizó el proyecto: “Fortalecimiento de capacidades en la producción de semillas para una agricultura adaptativa y resiliente”. El proyecto tuvo como fin fortalecer el rol del sector semillerista en la promoción de una agricultura adaptativa y resiliente, a partir del manejo, conservación y uso de semilla de calidad superior.
El proyecto se gestó desde la Oficina Nacional de Semillas y, en conjunto con Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible, llevaron a cabo esta iniciativa con la participación de instituciones como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad (CONAGEBIO), la Mesa Nacional Indígena de Costa Rica (MNICR), el Programa Mesoamérica sin Hambre AMEXCID- FAO, el Centro para Investigaciones en Granos y Semillas (CIGRAS), el Centro de Investigaciones en Biología Molecular y Celular (CIBCM) y la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit Moreno (EEAFBM), estos últimos tres de la Universidad de Costa Rica; y el Colegio Técnico Profesional de Turrubares.
La iniciativa tuvo tres ejes de trabajo: 1. el fortalecimiento de capacidades en el sector semillerista en la relación semilla-cultivar-clima-agricultura, 2. el uso de semillas de calidad superior para la agricultura familiar y conservación y producción de semillas por comunidades locales y territorios indígenas.
Arturo Valenciano, gestor de proyectos de Fundecooperación, explica que: “la iniciativa buscó el intercambio de tecnologías y conocimiento con las personas productoras y organizaciones para un mejor manejo de la semilla en términos de calidad, tomando en cuenta otros conceptos importantes como reproducción, conservación y manejo de esta”.
Por su parte Tania López, directora ejecutiva de la Oficina Nacional de Semillas, indica que: “consideramos que este proyecto superó nuestras propias expectativas, mostrándonos una realidad más allá de la certificación de semilla comercial, donde destacamos las necesidades de la producción artesanal de semillas y los instrumentos de intervención diferenciados que se requieren, todo lo anterior, en beneficio de los derechos de las personas productoras. Muy particularmente nos ayudó a implementar la Política Nacional de Semillas en ámbitos como la extensión en semillas, la seguridad en el abastecimiento de semillas y la conservación de recursos genéticos de gran valía para las comunidades rurales. Finalmente, el trabajo con una diversidad de actores públicos y privados da muestra de que las alianzas son necesarias para escalar los resultados de nuestro trabajo”.
“Este proyecto demostró lo receptivas que están las comunidades semilleristas de capacitaciones para aprender métodos de preservación de semillas, evaluación de su calidad, y así sacar adelante su producción. Este es un ejemplo exitoso del trabajo en equipo interinstitucional junto con el sector productivo, para cumplir un objetivo en común y hacer acciones, enmarcadas dentro de la política nacional de semillas, para contribuir con la seguridad alimentaria y preservar dos grandes tesoros, la producción nacional de granos y semillas, y la conservación de la diversidad que tienen las semillas de las comunidades. Este proyecto ha tenido importantes logros, tanto ambientales como en seguridad alimentaria, logros culturales, de intercambio de conocimiento y de aplicación de tecnología”, comentó Luis Barboza, director del CIGRAS de la UCR.
Los principales hitos son:
- Se logró fortalecer una colaboración interinstitucional para llevar a cabo las diferentes actividades planificadas dentro del proyecto, con la intención de igualmente generar espacios de interacción con los diferentes sectores semilleristas del país.
- Se utilizaron diferentes tecnologías en la producción y conservación de semillas, con la participación de CTP, agrupaciones y organizaciones lideradas por mujeres, productores de granos básicos y otros cultivos de interés en el aspecto de semillas. También se les entregó material para almacenamiento y preservación de semillas.
- Se logró trabajar con distintos Territorios Indígenas del país como Región Brunca (Salitre, Ujarrás, Rey Curré, Boruca, Térraba, China Kichá y Cabagra), Región Central Sur (Zapatón) y Huetar Norte (Maleku).
- Se participó en la “Feria de la Mujer Rural y Semilla Autóctona” de RESCAMUR, con la intención de incentivar el resguardo de semillas de importancia colectiva, nutricional y local.
- Se implementaron tecnologías que fueran de fácil acceso para las personas productoras de las distintas zonas.
- Se efectuó una Feria de la Semilla en territorio Indígena Boruca, con la participación de funcionarios y funcionarias de instituciones e integrantes de territorios, materializando actividades importantes como conversatorios y trueque de semillas entre personas de los diferentes territorios indígenas participantes.
- Se efectuaron Días de Campo en la Estación Experimental Los Diamantes del INTA, resaltando la importancia de contar con semilla de calidad, además de que los productores tengan una visión más clara de todo el proceso que se lleva a cabo en términos de reproducción de semilla asexual o vegetativa.
- Se efectuaron Días de Campo en el CTP de Turrubares con productores y productoras de Zapatón y con personal y personas invitadas del Fondo de Adaptación.
- Se trabajó en la importancia de contar con semilla asexual y sexual limpia de cultivos como el maíz, frijol, arroz, vainilla, camote, plátano y yuca.
- Se hizo entrega, a los Territorios Indígenas, de semillas de: frijol, maíz, plátano, esquejes de camote, camote naranja y yuca.
- La Universidad Zamorano de Honduras brindó, de manera virtual, un curso de 3 módulos acerca de la producción, acondicionamiento y comercialización de semillas de granos básicos (arroz, frijol y maíz), dirigido a los sectores semilleristas en la parte de producción y comercialización; así como a agentes de extensión y personas funcionarias de distintas organizaciones e instituciones.
- En la Isla de Chira, se trabajó un enfoque de hortalizas en ambientes semiprotegidos, para lograr la generación de alimentos para consumo y venta, además de un proceso de validación de materiales que pudieran adaptarse a las condiciones edafoclimáticas de la región.
- En Quepos, se trabajó en el cultivo de vainilla y se beneficiaron 10 personas productoras con semilla de esta especie con la intención de generar pequeñas áreas de producción para conocer más fondo las técnicas del cultivo.
- En las capacitaciones participaron 449 personas y personal técnico fue de 222, durante el año el 2021; en el 2022 fueron 307 personas productoras y personal técnico 14.