Estados Unidos anunció la creación de centros de procesamiento de migrantes en Guatemala y Colombia para reducir la llegada a su frontera con México, después del fin del Título 42.
Por EFE
El trato a los migrantes que van a Estados Unidos podría empeorar a partir de este jueves por el final del Título 42, y por tanto se podrían agudizar las violaciones a derechos humanos de personas en tránsito, en opinión de la experta guatemalteca Úrsula Roldán.
«El temor es que con el fin del Título 42 en Estados Unidos, miles de migrantes queden varados en Guatemala, un país sin condiciones socioeconómicas para atender la emergencia», explicó a EFE Roldán, investigadora especializada en movilidad humana.
Con la pérdida de vigencia del Título 42, la seguridad migratoria de Estados Unidos será regida por la medida tradicional migratoria que impone castigos más severos como apertura de juicio penal por ingresar de forma irregular al país norteamericano.
Además, Estados Unidos anunció la creación de centros de procesamiento de migrantes en Guatemala y Colombia para reducir la llegada a su frontera con México, después del fin del Título 42.
«La violación a derechos de migrantes se intensificó con el Título 42», opina Roldán, ya que a su criterio la normativa limitó la posibilidad de las personas en tránsito a optar por un asilo en Estados Unidos.
La experta advierte que habilitar a Guatemala como un centro de espera para solicitudes de asilo «es un riesgo» porque este país no tiene los recursos para atender la crisis humanitaria.
Bajo las nuevas medidas migratorias, Estados Unidos anunció que ofrecerá unas 1.000 citas diarias para solicitar asilo a través de este procedimiento. Una cifra que, según han contado funcionarios públicos, podrá incrementarse «dependiendo de la capacidad» de los trabajadores del servicio de migración.
Actualmente, Centroamérica y México viven un flujo migratorio récord, con 2,7 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos en el año fiscal 2022 y, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el flujo migratorio aumentó un 8 % en territorio mexicano.