La gran mayoría de los colegios tanto del sector público, que cuenta con una matrícula de 830.181 alumnos y unos 48.000 docentes.
Por EFE
El nuevo año escolar en Panamá arrancó este lunes con más 950.000 estudiantes inscritos y el reto de seguir recuperando los aprendizajes rezagados a causa de la pandemia de covid-19, que alejó a los niños y jóvenes de las aulas y redujo contenidos entre 2020 y 2021.
«El aprendizaje ha tenido bastantes limitantes, sabemos que (los alumnos) vienen de una virtualidad de dos años, heredada, trabajaron duro el año pasado, costó. Y sabemos que este año también va a ser un poco difícil, pero no imposible, mejorar lo que años atrás quedó» rezagado, dijo a EFE la directora de la escuela Ernesto T. Lefevre, un remozado centro de estudios público de la capital panameña.
Los docentes de esta escuela capitalina «se sienten muy animados de estar en un centro escolar con semejante infraestructura» nueva, lo que incidirá positivamente para afrontar retos como impartir una «educación de calidad y que se mejore la conducta de los estudiantes», añadió la directora.
La gran mayoría de los colegios tanto del sector público, que cuenta con una matrícula de 830.181 alumnos y unos 48.000 docentes, como del privado (124.050 alumnos) arrancaron este lunes con las clases.
El presidente panameño, Laurentino Cortizo, dijo que alrededor del 95 % de las 3.102 escuelas del país estaban listas para recibir a los alumnos. Las restantes están siendo sometidas a reformas que se espera culminen esta misma semana.
Según datos difundidos por el Ministerio de Educación, para este año escolar 2023, que se prolongará hasta diciembre, «se intervinieron 2.601 centros escolares, y se tiene previsto en esta semana culminar 407».
Las principales quejas de los sindicatos docentes y de los padres sigue siendo la falta de mantenimiento adecuados a las escuelas, y la existencia de «aulas rancho» o muy precarias, especialmente en las áreas indígenas.
El Ministerio de Educación aseguró que erradicó 220 aulas rancho con presupuesto de 120 millones de dólares y que se trabaja en otras 51 con fondos por 112 millones de dólares, mediante labores que involucran transportar materiales «a las comarcas y áreas de difícil acceso».
Antes del inicio de este año escolar, hubo situaciones como que algunas escuelas del área metropolitana se habían quedado chicas ante el número de alumnos, ante lo cual las autoridades plantearon la posibilidad de implementar aulas modulares como una respuesta temporal.
«La educación es un trabajo de todos», recalcó la directora Aguilar, al señalar no solo el apoyo que requieren los estudiantes tanto de parte de sus maestros como de los padres, sino también de los esfuerzos conjuntos para cuidar y mantener las instalaciones escolares.
En cuanto al aspecto nutricional, el Gobierno informó que 437.946 alumnos de preescolar, primaria y pre-media de todo el país se beneficiarán del Programa de Alimentación Complementaria Estudiantil (PACE), que contempla la distribución de la galleta nutricional mejorada, leche semidescremada fortificada y crema nutritiva enriquecida.
Unos 156.109 estudiantes de 1.852 colegios se beneficiarán de granos básicos para el almuerzo escolar, mientras que el programa Estudiar sin Hambre se desarrollará en 486 escuelas para impactar a 101.312 estudiantes.