La Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, aprobó este régimen tras una escalada de homicidios atribuidos a las pandillas a finales de marzo de 2022 y lo ha ampliado en diez ocasiones en períodos de 30 días.
Por EFE
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo el sábado que la oposición habría aceptando el «éxito» de la llamada «guerra contra las pandillas».
«La oposición salvadoreña, sus gremiales, sus medios, sus ONG, sus expertos; todos salieron ayer, al UNÍSONO, aceptando el éxito total de nuestra guerra contra pandillas», publicó Bukele en Twitter.
El mandatario, que divulgó este mensaje al compartir una publicación del antropólogo y periodistas Juan Martínez, sostuvo que «es claro que es una estrategia, pero no deja de ser una capitulación».
«Ya no podían sostener la mentira de que El Salvador continuaba siendo un país peligroso, ni continuar negando el éxito total del régimen de excepción», escribió el presidente salvadoreño y agregó que «han decidido replantearse su rol, atacarán desde otros ángulos, tratarán de levantar otros temas».
Estos mensajes también acompañaron una publicación del medio local El Faro, en la que afirma que «tras 10 meses de régimen de excepción, en el que han sido suprimidas garantías constitucionales, el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha desestructurado a las pandillas».
La Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, aprobó este régimen tras una escalada de homicidios atribuidos a las pandillas a finales de marzo de 2022 y lo ha ampliado en diez ocasiones en períodos de 30 días.
De acuerdo con las cifras oficiales, son 62.975 personas detenidas entre marzo y finales de enero y a las que el Gobierno acusa de ser pandilleros.
Por orden de la Fiscalía y jueces han sido liberadas más de 3.300 personas, aunque «en muchos casos» bajo la medida de libertad condicional, según Human Rights Watch (HRW).
Las denuncias de violaciones a derechos humanos, recibidas por organizaciones locales y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), suman más de 7.400, la mayoría por detenciones arbitrarias.
El Gobierno salvadoreño atribuye a esta medida y a su plan de Control Territorial la caída de los homicidios en un 57 % en 2022, tendencia que había iniciado en 2016 después que el país centroamericano registró el año más violento de su historia reciente.