Por EFE
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asumirá el Ejecutivo el próximo 1 de enero, con una agenda con la que pretende recuperar la economía, manteniendo la disciplina fiscal.
Los planes económicos de Lula, desgranados a lo largo de sus declaraciones y varios documentos presentados durante la campaña, dejan muchos interrogantes sin aclarar.
Algunas de las promesas económicas de Lula son:
– Expansión de las inversiones en todo el país, con un nuevo impulso de la obra pública, en especial de los proyectos de infraestructuras, para generar empleo.
– Apuesta por las empresas estatales y rechazo frontal a las privatizaciones. La petrolera Petrobras y el banco de fomento BNDES serán piedras angulares de los planes de desarrollo.
– Oposición al techo de gastos. Lula se opone a que el límite de gastos públicos recogido en la Constitución condicione las inversiones necesarias en salud o educación. Se ha comprometido, no obstante, a conjugar «responsabilidad fiscal» y «responsabilidad social».
– Reforma tributaria para beneficiar a los más pobres. Las rentas de hasta 5.000 reales (unos 970 dólares) estarán exentas del impuesto de la renta. Se tasarán las grandes fortunas y se simplificará el complejo sistema de impuestos del país. La viabilidad de esta propuesta dependerá en gran medida del Congreso Nacional.
– Nueva legislación laboral, a partir de un consenso con sindicatos y empresarios y teniendo como base un aumento del salario mínimo por encima de la inflación. Se pretende reconocer derechos laborales a repartidores y conductores de aplicaciones, a la imagen de la legislación española.
– Reindustrialización de Brasil, a partir de una estrategia nacional diseñada para que el país deje de depender de la importación de algunos bienes, principalmente de los relacionados con tecnología.
– Agricultura sustentable: Fomentar la agricultura familiar y garantizar los precios mínimos de los alimentos para reducir el hambre.
– Reestructurar los programas de subsidios a los más necesitados, garantizando el actual pago mensual de 600 reales (unos 120 dólares).
– Renegociación de deudas personales: Sin dar detalles de cómo se realizará, el Gobierno buscará que millones de familias endeudadas con los bancos tengan descuentos en las tasas aplicadas por morosidad.