Se recomienda realizar una auditoría en la compañía, al menos, una vez año al cierre del período fiscal.
Por Revista Summa
Los procesos de mejora continua toman cada vez más relevancia entre las organizaciones para que estas puedan fortalecer y hacer crecer sus operaciones. Para lograrlo, es muy importante conocer cómo se encuentran sus diversos procesos internos, potenciales riesgos, y oportunidades de mejora. Para ello, una herramienta fundamental para las empresas es la auditoría.
Precisamente, una auditoría es un proceso de evaluación minuciosa de una sociedad u organización con el fin de conocer sus características específicas. Así como sus fortalezas y debilidades. Esta es una opinión del auditor que refleja si los estados financieros reflejan razonablemente la posición financiera de las compañías a una fecha determinada.
Eduardo Sandí, socio de Baker Tilly Costa Rica, comentó que, normalmente, las empresas solicitan auditorías cuando deben realizar un trámite financiero, o en una entidad gubernamental. No obstante, señala, esta va más allá de cumplir meros requisitos.
“El papel del auditor es una figura en donde los diferentes departamentos de la compañía se pueden apoyar para detectar riesgos y poder corregirlos antes de que sucedan. La auditoría ayuda a detectar esos fallos, a corregirlos, y a detectar las oportunidades de mejora que tienen los procesos o departamentos dentro de la empresa”, explicó Sandí.
Para el experto, el sector empresarial, en general, aún desconoce muchas de las bondades y beneficios que puede generar contar con una cultura de auditoría en la organización. Entre ellas, señaló el experto, destacan la detección, control y mitigación de posibles riesgos que podrían afectar al negocio.
Sandí señaló que, anteriormente, la auditoría era solo ir a revisar qué se registró, cómo se registró, y cuándo se registró. Con la evolución de la tecnología y la implementación de sistemas de información, sistemas de controles e inventarios, de controles de activos fijos, controles financieros, reportes, y demás, el auditor ha tomado un rol diferente.
“El auditor ahora debe aprender cómo es que la empresa funciona. Es decir, en este nuevo contexto se debe entender cómo es que funcionan los procesos de la compañía, cómo hace la empresa determinada función, y cuáles son los riesgos que se pueden generar en ese proceso. Una vez que se entiende todo esto, se evalúa si la empresa lo está realizando de la forma correcta. En caso de no ser así, pensar en cuál es la forma correcta para hacerlo”, añadió Sandí.
Asimismo, otro beneficio para las empresas es que una buena auditoría les permite estar al día con la aplicación de normas internacionales de información financiera. Esto, además, les permite medir de forma anticipada el impacto que puede generar en los estados financieros algún cambio en la normativa o entrada en vigencia de nuevas normas, para, de esta manera, tomar las previsiones necesarias.
Agregó que, el auditor, viene con una visión de ser un revisor, pero también un acompañante de la compañía. “Estas se están viendo ahora muy beneficiadas de esto”, afirmó.
Entre las áreas en donde normalmente se solicitan que las empresas estén auditadas por un tercero, están en las solicitudes de créditos en entidades financieras. Además, cuando la compañía está negociando con un proveedor los plazos de pago, por ejemplo; o a la hora de que la empresa busque generar alianzas estratégicas con otras compañías.
“En todos estos temas es vital contar con estados financieros auditados. Para los lectores de los estados financieros, tener estados financieros auditados es un sello de confianza. Lo que refleja es que la empresa se está revisando a sí misma y eso genera confianza entre la industria, con los clientes y proveedores. En muchos casos, la auditoría se ha convertido en un requisito silencioso que se da dentro de la industria, la misma industria va presionando a ello, dijo Sandí.
Momento oportuno para una auditoría
Ante ello, resalta la duda de cuál es el momento oportuno para que una empresa realice una auditoría. Para Sandí, es uno o dos años después de que la compañía haya sido constituida. Esto porque la auditoría, al permitir detectar posibles riesgos y poder controlarlos a tiempo, le va a permitir a la empresa crecer de forma sana.
El socio de Baker Tilly Costa Rica, comentó que sucede mucho que en el país una empresa nace, se vuelve muy atractiva para los consumidores, y empieza a generar grandes ventas. Sin embargo, en cuestión de cinco años, la empresa quiebra. Ello sucede, dijo, porque ese crecimiento fue repentino, impidiéndole a sus propietarios o fundadores tomar las acciones necesarias para impulsar un crecimiento sostenible, mitigando riesgos que nunca se detectaron debido a que estaban concentrados atendiendo ese crecimiento exponencial que la empresa tuvo.
“Cuando una compañía crece, los pequeños detalles también crecen. Si esos pequeños detalles no se detectaron cuando eran pequeños y más sencillos de resolver, al crecer será más complicado atenderlos”, afirmó el especialista.
Añadió que, en sus primeros años, la empresa, en lugar de una auditoría, podría buscar una asesoría que le permita realizar una evaluación de sus principales riesgos.
“Ese involucramiento de un profesional en el área de riesgo es fundamental en las primeras etapas de la empresa. Esto porque les ayuda mucho a los negocios a cubrir situaciones cuando todavía son muy pequeñas, ya que cuando se hacen muy grandes es muy difícil detectar por dónde fue que iniciaron. En muchos casos se controla la empresa muy bien por parte de sus administradores, pero chocan cuando requieren ir más allá, por ejemplo, solicitan un crédito y el banco les solicita los estados financieros auditados, pero nunca los han hecho, y buscan realizar una primera auditoría después de muchos años de estar operando. Esto les genera problemas porque en el momento en que se realiza la auditoría se dan cuenta de que no han aplicado los requerimientos de las normas internacionales, obligándolos a corregir años de trabajo”, explicó el socio de Baker Tilly Costa Rica.
Agregó que, es ante este panorama que toma cada vez más la importancia de adquirir una cultura de auditorías dentro del sector empresarial del país.