Las principales avenidas de la Ciudad de Panamá permanecieron desiertas, se veía a los ciudadanos caminar por la autopista para poder llegar a sus trabajos o al aeropuerto.
Por EFE
Panamá vivió este lunes otra jornada de protestas, tras la ruptura de un acuerdo entre el Gobierno y una alianza de gremios y asociaciones para congelar el precio del combustible, que prácticamente paralizó la capital con cierres de vías para presionar por una salida a la crisis en un diálogo único.
El acuerdo alcanzado este fin de semana en la provincia central de Veraguas entre representantes del Gobierno y de la Alianza Nacional por los Derechos de los Pueblos (Anadepo), fue roto este lunes por el gremio de docentes que lidera esta coalición y se disipó así la posibilidad de poner fin a la huelga de los educadores y al bloqueo de carreteras nacionales, que tienen desabastecido al país.
Ese acuerdo establece la congelación del precio del galón (3,78 litros) de los combustibles en 3,25 dólares -por debajo de los 3,95 anunciado por el Ejecutivo la semana pasada- para todos los consumidores, una conquista de estas manifestaciones que el Gobierno ha dicho honrará.
La misma suerte del pacto de Veraguas la corrió el logrado por la administración del presidente Laurentino Cortizo con los indígenas y campesinos en la región occidental de Chiriquí para fijar en 3,32 dólares el galón de combustible y levantar los cierres de vías.
Las huelgas y cierres de calles superan ya las dos semanas en Panamá y se dan en reclamo de una congelación del precio del combustible, la estabilización del costo de los productos de la canasta básica y la bajada de los precios de los medicamentos, en el marco de denuncias de corrupción pública y «clientelismo» político.
URGENCIA DE UNA MESA ÚNICA DE DIÁLOGO EN MEDIO DE MÁS PROTESTAS
La presión por una sola mesa de diálogo se hizo sentir desde temprano este lunes en la capital por parte de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, integrada por el poderoso sindicato de la construcción Suntracs y la asociación de maestros Asoprof, a través del cierre de importantes vías que paralizó la ciudad por varias horas.
Las principales avenidas de la Ciudad de Panamá permanecieron desiertas, se veía a los ciudadanos caminar por la autopista para poder llegar a sus trabajos o al aeropuerto, y los anaqueles de verduras, legumbres y frutas de los supermercados permanecían vacíos.
Una marcha de los docentes llegó hasta la sede del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) gritando consignas contra la corrupción y pidiendo el despido de las «botellas» o los amigos del poder que cobran sin trabajar.
«Abajo Nito (Laurentino Cortizo), abajo Gaby (vicepresidente José Gabriel Carrizo), corruptos, nos endeudan para pagar planilla, mientras los maestros tienen 5 meses sin cobrar, mientras estos sinvergüenzas se roban la plata», gritaba por un megáfono un dirigente de la marcha.
La necesidad de una sola mesa de diálogo en la que estén todos los actores que están «luchando», tanto los pueblos originarios como los docentes de Veraguas, fue planteada este lunes por el secretario general del Suntracs, Saúl Méndez.
Méndez remarcó en rueda de prensa que «esa mesa única tiene que ser la contraparte del Gobierno», y que así se lo plantearon en un acercamiento al arzobispo José Domingo Ulloa, mediador de un diálogo convocado el 7 de julio pasado por el presidente Cortizo.
Ni Anadepo, ni la Alianza Pueblo Unido participaron de la instalación de la mesa de diálogo en la capital la semana pasada, alegando una falta de consulta previa sobre el mediador y los temas a discutir.
«Tenemos una mesa técnica compuesta por economistas que tienen propuestas para presentárselas al Gobierno, dijo en ese sentido a Efe Diógenes Sánchez de la Asociación de Profesores (Asoprof).
Ulloa tildó este lunes de «urgente» la instalación de una mesa única y anunció en un comunicado que se reunió «con las diferentes organizaciones obreras que integran la Alianza Pueblo Unido», organización que «aceptó a la Iglesia católica como facilitadora del proceso de diálogo» y se mostró «estar dispuesta a participar» en las negociaciones.
«Vemos urgente la instalación de esta mesa única y por eso invitamos a las dirigencias a que podamos darnos esta oportunidad en una mesa con estos principales actores, para que encontremos prontamente las soluciones a estos problemas», afirmó el arzobispo en una conferencia de prensa.