Latinoamérica se encuentra en un estado de plena desventaja ante la economía global (o digital), pues cinco de las naciones del top, pertenecen a la región.
Por Revista Summa
Recientemente, el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD) dio a conocer su ranking mundial de competitividad digital 2020, en el que mide la capacidad y disposición de 63 economías para adoptar y explorar tecnologías digitales como un motor clave para la transformación económica de sus empresas, gobierno y sociedad. Al respecto, 2020 ha sido un año desafiante para el mundo, pues cada aspecto de nuestras vidas ha sido afectado por la pandemia, pero la tecnología ha tenido un rol crucial para enfrentarla.
Sin embargo, la forma en la que las economías adopten la tecnología es clave para su desarrollo; no sólo ahora en medio de la crisis sanitaria, sino en el futuro inmediato.
Mientras que las 10 economías que encabezan el ranking se centran en la construcción de su talento, en fortalecer la infraestructura de conocimiento para desarrollar y emplear tecnología digital; en proveer un marco regulatorio efectivo que permita el desarrollo e introducción de tecnologías, y en combinar la adaptabilidad individual con la agilidad empresarial, las economías que se encuentran dentro de las 10 últimas tienen diversos desafíos.
Es preocupante el reto implícito que resulta de los 10 últimos lugares: Latinoamérica se encuentra en un estado de plena desventaja ante la economía global (o digital), pues cinco de las naciones del top, pertenecen a la región. A ello se suma el hecho de que América Latina y el Caribe, a causa de la pandemia, ha perdido 26 millones de empleos y registró una caída de 7.4% del PIB en 2020, de acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo. Por si fuera poco, se espera que la pobreza (extrema y moderada) aumente en unos 5 puntos porcentuales de la población.
En el caso de México, el país cayó cinco lugares, respecto a 2019, pasando al sitio 54 e inaugurando el top debido a la caída en tecnología (marcos regulatorios, capital y marco tecnológico) y preparación para el futuro (actitudes adaptativas). Perú, por otro lado, aunque avanzó seis sitios, no le basta. Muestra un avance en capital y agilidad en los negocios, pero continúa estancado en talento, concentración científica y en su marco tecnológico; además presenta un declive en actitudes adaptativas como resultado de la caída en la participación electrónica.
En el caso de Argentina, aunque presenta algunas mejoras en su preparación para el futuro, especialmente en las actitudes adaptativas y agilidad empresarial, observa una caída en concentración científica, marcos regulatorios y capital. En tanto, a pesar de los fuertes avances en agilidad empresarial, Colombia cae del puesto 58 al 61. En gran parte por una caída en su marco tecnológico y en sus actitudes adaptativas.
Además, experimenta un estancamiento en aspectos como talento, formación, educación, marco regulatorio y capital. Venezuela, en cambio, permanece en el último puesto.
|
Los gobiernos latinoamericanos tienen mucho por delante en cuanto adopción y exploración de las tecnologías en pos de una verdadera transformación digital. De los tres grandes componentes del ranking -conocimiento, tecnología y preparación para el futuro- las cinco economías latinoamericanas de este top, sin excepción, tienen las peores calificaciones en el eje de tecnología (el contexto general que posibilita el desarrollo de tecnologías digitales, para lo cual es necesario marcos normativos, capitales y marcos tecnológicos).
Gran paradoja si tomamos en cuenta que las tecnologías digitales son el eje de la competitividad de una nación; sin embargo, sin generación de conocimiento, desarrollo de talento, regulaciones e infraestructuras efectivas, difícilmente estos países podrán impulsar su competitividad digital. En un año complicado para la economía de la región y en el que muchos latinoamericanos tuvieron que emprender o mover sus negocios al mundo digital, cinco países de América Latina aparecen como parte de las economías peor calificadas. Por desgracia, la región conforma la mayoría en el top respecto a otras como Asia, África o Europa. Recordemos que este índice no es sólo un número.
Los lugares que ha perdido la región, reflejan que no está preparada digitalmente al no aceptar y adoptar la tecnología en favor de sus habitantes -y la La Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), ha resaltado constantemente el efecto nocivo de hacerlo-. Latinoamérica no está preparada, en gran parte, debido a la imposición de regulaciones arbitrarias y discriminatorias. En un periodo clave como el que estamos viviendo a causa de la pandemia, América Latina no se puede dar tal lujo. Una mejora regulatoria en este aspecto incidirá directamente en su velocidad de recuperación.