Langebaek comentó que se prevé un rezago de crecimiento, con respecto a otras regiones, especialmente por la aceleración ocasionada por la pandemia.
Por Revista Summa
El mundo entero lucha para hacerle frente a la pandemia ocasionada por la COVID-19 y las variantes que esta se encuentra desarrollando con el paso del tiempo, pero ¿qué pasará con América Latina luego de la pandemia? El director de Estudios Económicos de Grupo Bolívar, Andrés Langebaek, hizo un análisis de la situación, de cara al lanzamiento de nuestra nueva plataforma: Visión.
Visión, es una herramienta digital, de acceso gratuito que pone a disposición investigaciones y análisis económicos y financieros, de América Latina y otros países que afecten o beneficien su desarrollo.
Para comenzar, Langebaek, se refirió al buen nivel de vacunación que presenta la región, y destacó a Chile y Uruguay como países pioneros en ese tema. La recuperación de los países desarrollados como China también empujan al alza de mejores precios, mayor demanda de exportaciones y un buen comportamiento de las remesas.
Como aspectos positivos a valorar, también se suman el fuerte aumento de la confianza empresarial y del consumidor y la insistencia de la FED en una política monetaria generosa a pesar de los rebrotes inflacionarios en esa economía.
Pese a esto, Langebaek comentó que se prevé un rezago de crecimiento, con respecto a otras regiones, especialmente por la aceleración ocasionada por la pandemia y las falencias en infraestructura tecnológica, así como problemas fiscales que presentaban los países desde años atrás.
“El margen de la política fiscal se está agotando, especialmente en Brasil, El Salvador, Costa Rica y Colombia. En cuanto a la política monetaria también se está acabando. Países como México y Brasil comenzaron a aumentar sus tasas de interés”, mencionó el experto.
Otro de los retos, que enfrentan los países es la tensión social y los riesgos políticos al alza en medio de procesos electorales y asambleas constituyentes, la menor atractividad para inversionistas del exterior, en comparación con otras economías emergentes, los precios de los activos, los niveles de inflación al alza y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Lo anterior, sin tomar en cuenta la ralentización de los procesos de vacunación y las variables del COVID-19, tal y como lo mencionamos al inicio de este artículo.
Para concluir, Andrés Langebaek, comentó que la pandemia es un buen momento, para que nuestros países latinoamericanos repiensen los procesos de cooperación que se están llevando a cabo por unos más “sensatos”, que generen un mayor equilibrio entre ellos.