Compañía estableció que el tercer viernes de cada mes no se programarán reuniones de trabajo, para optimizar la productividad.
Por Revista Summa
Hace un año, la situación sanitaria global desafió a las personas a cambiar su modo de vida de manera radical. No solo las dinámicas familiares y laborales migraron a la virtualidad; la sociedad se dio cuenta de la importancia de adoptar medidas que garanticen tanto la salud física como mental de las personas.
Para Kimberly-Clark la salud física y mental de sus colaboradores siempre ha sido una prioridad y durante la etapa de pandemia brinda diferentes beneficios a sus colaboradores, entre los que destacan, una plataforma virtual interna de bienestar donde todos pueden encontrar cursos, charlas, actividades y contenido sobre ejercicio en casa, nutrición, técnicas para organizarse y combatir el estrés.
Asimismo, el personal operativo y administrativo cuenta con una línea telefónica interna y anónima, la cual estaba disponible antes de la pandemia, por medio de la cual los colaboradores pueden solicitar ayuda profesional sobre temas financieros, legales y atención psicológica. Además, se ha realizado una importante inversión para que los colaboradores que trabajan en las plantas y centros de distribución cuenten con todo el equipo y medidas necesarias para la prevención de accidentes laborales con muy buenos indicadores de seguridad.
En el marco de la celebración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Kimberly-Clark comparte las 4 estrategias que está implementando actualmente y que las empresas pueden aplicar:
- Flexibilidad: las compañías deben apoyar y proporcionar entornos de trabajo que incentiven a los empleados a disponer su tiempo productivo en las prioridades críticas. No solo se deben enfocar en el fortalecimiento de los procesos, se debe prestar especial atención a la inversión en el autoaprendizaje. Por ejemplo, en Kimberly-Clark creamos el «Focus Day» – el tercer viernes del mes no se programan reuniones en todo el día, para centrar los esfuerzos en actividades de impacto en el negocio y en el mejoramiento de las habilidades de los profesionales. Sin contar con nuestros viernes flexibles, que ya son una práctica desde hace más de 4 años.
- Inclusión y diversidad: transformar la cultura y establecer una mentalidad abierta al cambio, para que todos los colaboradores se sientan empoderados a idear, innovar y contribuir al crecimiento empresarial, es vital. Mejorar la diversidad de la fuerza laboral con nuevas iniciativas para atraer, retener y desarrollar el mejor talento también es clave. Se deben considerar las opiniones y necesidades de todos los colaboradores, sin importar sus condiciones sociales, étnicas, sexuales y/o religiosas. La inclusión también aplica en el marco de las diferencias en el modo de trabajo; se debe tener en cuenta si el colaborador es remoto o presencial a la hora deplanear actividades.
- Nuevas tecnologías y recursos: crear herramientas es útil para impactar positivamente a los trabajadores de todos los niveles; estos instrumentos desbloquean la innovación y aumentan la productividad al convertirse en apoyo para establecer las mejores prácticas. En la compañía, desarrollamos materiales de apoyo con «Reglas, consejos y herramientas para las reuniones de K-C» – una lista de comprobación sobre cómo dirigir reuniones de manera productiva y breve – y también creamos nuestra “Guía Focus: ¿Cómo aprovechar mejor su viernes sin reuniones?”.
- Potenciar la comunidad (cultura organizacional): las experiencias compartidas y el sentido de conexión, sin importar las ubicaciones dispares y horarios de trabajo variados, es muy importante para que los colaboradores se sientan partícipes de la cultura organizacional. Las actividades de integración son un vehículo efectivo para garantizar la adopción de la identidad corporativa, el logro de resultados respondiendo a un propósito común, la innovación a través de la co-creación, la colaboración, el desarrollo profesional y personal a través de la conexión, así como el trabajo en equipo.
“La situación sin precedentes que vivimos en el 2020 y que aún enfrentamos hoy, nos enseñó que el camino correcto no se traza a partir de soluciones rápidas. Nuestros consumidores, colaboradores, socios y comunidades son prioridad número uno, y su bienestar es fundamental para nuestro crecimiento y para el futuro del trabajo. Mi consejo para los líderes es que se atrevan a pensar más allá de las cifras y seguramente verán que el desarrollo de las personas resulta ser una valiosa inversión”, finalizó Ariana Camacho, directora de Recursos Humanos en Kimberly-Clark para la región norte de Latinoamérica.