En el año 2000 se registró la mayor cifra de inmigrantes detenidos en la frontera sureste del país desde 1960.
Por EFE
Estados Unidos se encamina a ver en la frontera con México más migrantes que los encontrados en los últimos 20 años, pero expulsa a la mayoría de los adultos y grupos familiares, afirmó hoy el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un momento donde buscan soluciones para acoger a los menores de edad.
«No estamos expulsando a los menores que llegan sin compañía de sus padres o madres», añadió el funcionario en una declaración escrita cuando los republicanos acusan al Gobierno del presidente, Joe Biden, de crear una «crisis» en la frontera al aliviar las políticas de Donald Trump en materia migratoria.
Pero los demócratas se defienden y aseguran que la actual situación, en la que se registra un aumento lineal de la llegada de inmigrantes se debe precisamente a las duras políticas de Trump y a la situación en México y Centroamérica.
«La pobreza, los altos niveles de violencia y corrupción en México y en los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador) han empujado la migración hacia nuestra frontera sudoeste por años», añadió el cubanoestadounidense.
Mayorkas dijo que estas condiciones han seguido deteriorándose y «dos huracanes que golpearon a Honduras y cruzaron la región han hecho las condiciones de vida aún peores, causando la huida de más niños y familias».
La situación en la frontera «es difícil… y trabajamos sin pausa para manejarla», señaló sin utilizar la palabra «crisis», que l Gobierno quiere evitar. «Es nuestra tarea. Estamos haciendo progresos y ejecutando nuestro plan».
El funcionario recordó que Estados Unidos ya experimentó incrementos en la migración en 2019, en 2014 y también antes, y apuntó que «desde abril de 2020 (con Trump en el poder) el número de detenciones se ha ido incrementando de manera sostenida».
En el año 2000 se registró la mayor cifra de inmigrantes detenidos en la frontera sureste del país desde 1960, con 1,6 millones de indocumentados, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Desde entonces la cifra bajó notablemente y hace justo 20 años fueron 929.809 para posteriormente caer hasta los 327.577 de 2011, año desde el que comenzó un repunte que dejó el número de indocumentados interceptados en la frontera a 479.371 en 2014.
Ese año se produjo en EE.UU., tal y como reconoció entonces el presidente Barack Obama, una «crisis humanitaria» por la masiva llegada de menores no acompañados y unidades familiares.
Pero ya con Trump en el poder y a pesar de sus políticas antiinmigrantes esa cifra se fue en 2019 hasta los 851.508 indocumentados, según datos de CBP.
La mayoría de los migrantes ilegales detenidos al cruzar ahora la frontera son adultos mexicanos que viajan solos «y que son expulsados en el marco de las atribuciones para atender la crisis de salud pública debida a la pandemia de la covid-19».
«Los adultos que viajan solos desde México, El Salvador, Guatemala y Honduras son expulsados de manera expedita a México», dijo Mayorkas. «Los adultos solos de otros países son enviados por avión a sus países de origen si México no los acepta».
Mayorkas aclaró que hay algunas excepciones ya que «no expulsamos a individuos con ciertas vulnerabilidades agudas».
En el marco de las mismas cautelas por salud pública son expulsadas las unidades familiares, y con reglas similares a los adultos solos: son enviadas a México y, si en ese país no hay capacidad para recibirlos, a sus países de origen.
«Encontramos a muchos niños, no acompañados por sus padres o madres, día a día en la frontera», indicó el funcionario. «Estos son menores de 18 años que viajan sin compañía de padre, madre o un custodio legal».
«Estamos encontrando niños de seis y siete años de edad, por ejemplo, que llegan a la frontera sin un adulto», agregó. «Son niños vulnerables y hemos puesto fin a la práctica del gobierno anterior de expulsarlos».
Mayorkas explicó que estos menores de edad son llevados a una oficina de la Patrulla de Fronteras donde se les identifica y documenta, y luego han de ser transferidos, dentro de las 72 horas, al Departamento de Salud.
«El Departamento de Salud retiene al niño para pruebas (médicas) y cuarentena y le da alojamiento hasta que ese menor pueda ser ubicado con un ‘patrocinador’ en el país», agregó. «En más del 80 % de los casos el niño tiene un familiar en Estados Unidos, y en más del 40 % de los casos ese familiar es el padre, la madre o un custodio legal».
A estos niños se les reúne con sus familias y pasan al trámite de migración por el cual tendrán la oportunidad de presentar sus pedidos de asilo o refugio ante un tribunal de inmigración.
Mayorkas dijo que el gobierno del expresidente Donald Trump «desmanteló» el sistema de inmigración de Estados Unidos, y que el gobierno actual procura reconstituirlo al tiempo que brega con un número creciente de migrantes.