El rubro de infraestructura y los gastos de emergencia por las tormentas Eta e Iota en octubre quedaron pendientes de ejecución en el cierre del ejercicio fiscal 2020.
Por Prensa Libre
La inversión en nueva infraestructura, así como la respuesta para la reconstrucción por parte del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) fue una asignatura pendiente dentro del gasto el año pasado.
El CIV, cerró con una ejecución del 69.56%, con Q4 mil 813 millones, y dejó pendiente de ejecutar unos Q2 mil 106 millones, según el Sistema de Contabilidad Integrada Gubernamental (Sicoin).
Por la emergencia Eta, en el estado de Calamidad el CIV, erogó Q49.3 millones, pero dejó un saldo por devengar de Q216 millones.
Mientras mantuvo los rubros de gasto para el mantenimiento de la red vial, tanto primaria, secundaria y terciaria, que también fue afectada por las tormentas. Por ejemplo, para mantenimiento de la red vial primaria pavimentada, el monto del gasto ascendió a Q956 millones, y una ejecución del 74%.
Este es el primer año de ejecución del gasto de la administración del presidente Alejandro Giammattei, en la cual se planteó un aumento de la contratación de la deuda pública, como respuesta desde el punto de vista fiscal, para contener los efectos de la crisis del nuevo coronavirus.
Minfin justifica
Sobre los Q11 mil millones, el ministro de Finanzas Álvaro González Ricci dijo que efectivamente, se está trabajando con un presupuesto estructurado del 2019, y habría que determinar lo no ejecutable para tener un porcentaje real.
En particular en el CIV, hay fuentes de financiamiento no ejecutables que tienen su origen en el 2019, y tenían asignados unos Q778.6 millones con fuente no ejecutable por la vía de préstamos y donaciones, que ya no tenían desembolso de dinero y asignaciones con fuente específica, por lo que, legalmente, no podían ejecutarse en el rubro que estaban asignadas.
Por otro lado, confirmó que al no alcanzarse la meta de recaudación del 100%, no se trasladaron los recursos lo que afectó la capacidad de ejecución de la institución y puede constituirse como no ejecutable.
Sobre otros indicadores, el déficit parcial fue de 5.1% en 2020, una carga tributaria de 9.9%, y una recaudación preliminar de Q59 mil 340.9 millones de ingresos tributarios.
Baja ejecución
La ejecución presupuestaria alcanzó 89.66% al cierre del ejercicio fiscal 2020, lo que significa que se dejaron de prestar bienes y servicios a la población al no alcanzar el 100% del gasto proyectado, que en 2020 ascendió a Q107 mil 760 millones.
Del 1 de enero al 31 de diciembre del año recién pasado, el Sistema de Contabilidad Integrada Gubernamental (Sicoin), reporta un gasto público por Q96 mil 615.6 millones, menor al presupuesto más las ampliaciones aprobadas por el Congreso en abril, que elevaron el techo de gasto a los Q107 mil 760 millones, para cubrir los gastos relacionados a la emergencia sanitaria que afectó a Guatemala.
El sistema contabiliza que no se ejecutaron Q11 mil 145 millones, es decir, que fue el faltante, y que en parte puede estar atribuido a la caída de los ingresos fiscales por la vía de recaudación.
Por otro lado, se dejó un gasto registrado para liquidar en los siguientes 15 días de Q222 millones.
Varias dependencias no lograron alcanzar sus metas, entre estas, ministerios que tienen una mayor proporción anual presupuestaria.
Destaca, por ejemplo, que el Ministerio de Gobernación ejecutó 84.65%, con un gasto de Q5 mil 100 millones, pero no logró gastar Q924 millones, mientras que Educación -que cuenta con el gasto de mayor volumen- ejecutó un 94.06%, es decir, Q16 mil 732 millones, y no alcanzó su ejecución por Q1 mil 056 millones.
El mayor porcentaje que tiene el Mineduc es para el pago de salarios a los más de 130 mil trabajadores, en su mayoría maestros.
Otro ministerio que estuvo muy activo en comparación con otros años fue el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), que cerró con una ejecución de 86.51%, y durante la emergencia sanitaria, y la atención al sistema, su capacidad fue de Q8 mil 618 millones, que es el mayor con respecto a otros ejercicios. Parte de ese ese gasto se reorientó a los programas del covid-19, así como a la adquisición de vacunas.
Otras entidades
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), tuvo una ejecución de 70.72% por un monto de Q1 mil 224 millones. No tuvo la capacidad de gastar Q464.6 millones, según el Sicoin.
El Ministerio de Cultura y Deportes fue el que menos porcentaje de ejecución registró con 65.39%, y cerró con Q358 millones.
En el rubro de secretarías y otras dependencias, la ejecución fue de 80.58%, con Q1 mil 145 millones.
Mientras que Obligaciones a Cargo del Tesoro, la ejecución fue del 91.64% por Q30 mil 237 millones; no lograron ejecutar Q2 mil 757 millones.
Programas compensadores
Por el contrario, las instituciones que administraron los programas sociales y económicos por los efectos del coronavirus lograron una mejor ejecución, que supera el 90% en 2020.
Los ministerios de Desarrollo (Mides), Trabajo (Mintrab) y Economía (Mineco), que administraron los programas sociales y económicos por los efectos del coronavirus, son los que más ejecutaron durante el 2020, y el indicador supera el 90%.
El Ministerio de Economía (Mineco), registró 96.70%, por Q3 mil 408 .9 millones, y administró los programas Fondo de Protección al Empleo, y Fondo de Capital de Trabajo, y el fideicomiso del apoyo a las pequeñas y medianas empresas, entre otros.
Mientras el Ministerio de Trabajo (Mintrab), la ejecución fue de 91.1%, por Q650 millones, institución que tuvo a su cargo el Programa del Adulto Mayor.
Interpretación
“Habría que ver rubro por rubro, pero hay distintas causas del porqué no se ejecutó este año; pero uno puede ser que la recaudación no se cubrió, hay un déficit por la crisis y obligó a que cierto gasto no se ejecutara, se queda automáticamente porque no hay como pagar”, comentó Érick Coyoy, exviceministro de Finanzas.
Por otro lado, en la parte de bonos del Tesoro y préstamos, es muy posible que en esta última no se lograron avances de la ejecución de lo que se había pensado, sobre todo en MSPAS, que tiene esa fuente de financiamiento, y por problemas de la ejecución, ineficiencias o atrasos no se alcanzó el ritmo.
Para el consultor fiscal, Juan Carlos Paredes, la ejecución responde más a la eficiencia de las instituciones de gastar su presupuesto, que implica revisar aquellos ministerios que no lograron ejecutar sus fondos, que incluso ya tenían asignados.
“Lo que representa es una falta de capacidad de ejecución que tuvo el gobierno en este año por la falta de planificación, las limitaciones por la emergencia sanitaria o por que no se establecieron las prioridades en su momento en tiempo para poder ejecutar el presupuesto”, subrayó el analista.
Coyoy remarcó que los programas para atender la emergencia fueron financiados por bonos, y ese dinero estuvo disponible y “era esperable que se ejecutara, y hubiera sido más ineficiente si no ejecuta el 100%, que, aunque se quedaron abajo”.
“Aquí el problema no era la falta de recursos, era lo esperado en la ejecución”, precisó.