Esta transición ayudaría a reducir el déficit ecológico del país, contribuiría con la reactivación económica y la generación de empleos, así como a reducir emisiones de CO2.
Por Revista Summa
Bajo principios como eliminar los residuos y la contaminación desde su diseño y restaurar, regenerar y desacoplar el crecimiento del consumo de recursos finitos es que la economía circular se vislumbra como un enfoque de desarrollo económico y ambiental al que las municipalidades de Costa Rica procuran optar, para así reducir la presión sobre los ecosistemas, bajar el déficit ecológico del país, reactivar la economía y generar empleo.
En este camino y para superar las barreras que les limitan a impulsar el enfoque de la economía circular, incluyendo el escaso conocimiento en el tema y la falta de herramientas, es que las municipalidades de Costa Rica están recibiendo apoyo en el marco de una iniciativa liderada por la Municipalidad de Turrialba; el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), a través de la Dirección de Cambio Climático y la Secretaría de Planificación Sectorial de Ambiente; el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM); el Environment for Development Central America (EfD-CA); y el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza); con el apoyo financiero del Climate Technology Centre and Network (CTCN).
Como parte ese proceso, en octubre se llevaron a cabo dos talleres de consulta y validación de la Guía Hacia un Enfoque de Economía Circular en los Gobiernos Locales de Costa Rica, con representantes de 14 municipalidades del país. Durante los talleres, también se buscó nivelar el conocimiento en economía circular entre los participantes, mediante ejercicios participativos. Las municipalidades participantes fueron seleccionadas por el IFAM y se incluyeron municipalidades de diferentes tipologías, con el fin de conocer cuan bien se ajusta la guía a las realidades de estas.
Para Leida Mercado, investigadora senior de EfD-CATIE, quien ha liderado el proceso junto a Diana Rivera, máster en Economía, Desarrollo y Cambio Climático del CATIE, los resultados de estos talleres fueron promisorios. “El 75% de los participantes expresó su interés en aplicar la guía para fortalecer procesos de planificación que son competencia de las municipalidades, incorporando de esta manera un enfoque circular en los mismos, así como para elaborar hojas de ruta que faciliten la transición hacia la economía circular. Adicionalmente, manifestaron que para ese fin requerirían fortalecer sus capacidades en el tema y acompañamiento técnico para la aplicación de la guía. Por lo tanto, esperamos continuar trabajando con las municipalidades, apoyándoles en su interés de transitar hacia una economía circular” expresó Mercado.
Luis Fernando León, alcalde de la Municipalidad de Turrialba, señaló que el tema de la economía circular se presenta como uno de los retos país ante las metas del 2030. “Estamos muy convencidos de que las municipalidades debemos incidir en estos temas porque tenemos contacto directo con la ciudadanía y podemos generar cambios. Nos interesa que esta iniciativa se pueda replicar y sea una estrategia nacional que pueda ser exitosa, generar réditos y un medio de vida para muchas personas”, enfatizó León.
Las municipalidades que participaron en los talleres tienen claro que la transición hacia la economía circular afecta a toda la cadena de valor, por lo que el cambio solo puede ser alcanzado con la participación de una amplia gama de actores involucrados.
Según Mercado, la importancia de avanzar hacia una economía circular radica en que la economía circular es un enfoque sistémico del desarrollo económico y ambiental que, en contraste con la economía lineal, es restauradora y regenerativa por diseño y tiene como objetivo desacoplar el crecimiento del consumo de recursos finitos. Además, conlleva a cambios no solo a nivel de la producción, sino también a nivel del consumo, reduciendo la presión sobre los ecosistemas y permitiendo una mejora de la capacidad regenerativa de estos, lo que ayudaría a reducir el déficit ecológico de Costa Rica.
“En cinco décadas, de acuerdo con datos de Ecological Footprint Explorer, la huella ecológica de Costa Rica aumentó de 2,3 a 2,7 gha/per cápita, mientras que la biocapacidad se redujo de 6,0 a 1,6 gha/per cápita. Ciertamente, la huella ecológica de Costa Rica en el 2015 fue menor que la huella promedio mundial de 2,78 gha/per cápita. Sin embargo, el consumo de recursos superó la capacidad de regeneración de los ecosistemas del país”, comentó Mercado.
Otro aspecto relevante de transitar hacia una economía circular es la contribución que esta puede hacer en la reactivación económica y la generación de empleos. “Proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo realizadas en 2018 indican que en un escenario de economía circular el empleo mundial crecería un 0,1% para el 2030, en comparación con un escenario económico tradicional. El empleo aumentaría en los sectores de servicios y gestión de residuos en aproximadamente 50 millones y 45 millones de puestos de trabajo, respectivamente. Este es un aspecto muy importante en el contexto actual, en el cual la pandemia ha reducido empleos y crecimiento económico”, manifestó Mercado.
Cabe resaltar que estos esfuerzos de transición de las municipalidades están alineados y contribuyen con diferentes compromisos nacionales, tales como: el Plan de Descarbonización 2020-2050 y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También, busca contribuir a alcanzar la aspiración del país de adherirse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).