La evaluación de la OIT expone el agravamiento de la situación del empleo en las últimas semanas y por regiones, siendo América el continente más afectado.
Por EFE
La pandemia provocó una caída del 14 % de las horas de trabajo en el mundo en el segundo trimestre de 2020, equivalentes a 400 millones de empleos a tiempo completo (48 horas a la semana), casi cien millones más de lo que se había estimado anteriormente, indicó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La caída es tan marcada (la comparación se hace con el último trimestre de 2019) que ni siquiera una recuperación en la segunda mitad de 2020, que además es «altamente incierta», sería suficiente para volver a los niveles de empleos previos a la crisis sanitaria.
En realidad, lo más probable, es que las pérdidas de trabajo se ahonden en los próximos meses, dependiendo de la evolución de la pandemia, de las medidas nacionales que tomen los gobiernos y de la cooperación internacional funcione o no, resume el último análisis de la OIT sobre el impacto del COVID-19 en los mercados laborales.
Hace poco más de un mes, el organismo técnico de la ONU había estimado que la pérdida de horas de trabajo equivaldría al 10,7 % (305 millones de empleos menos), pero dada la expansión de la crisis ese pronóstico se quedó corto.
La evaluación de la OIT expone el agravamiento de la situación del empleo en las últimas semanas y por regiones, siendo América el continente más afectado, con una pérdida total de horas de trabajo del 18,3 % hasta el momento.
Europa, que fue el mayor foco infeccioso entre marzo y abril, así como los países de Asia Central llegan como el segundo grupo de países más perjudicados, con una reducción el 13,9 % de horas de trabajo, apenas 0,4 % más que China y el resto de Asia.
En conferencia de prensa, el director del Departamento de Políticas de la OIT, Sangheon Lee, precisó que Sudamérica ha perdido el equivalente al 20 % de horas de trabajo, mientras que Norteamérica (incluido México) un 15 %.
Aunque con cautela, el experto consideró que la destrucción del empleo será menor de la que se sufrió a raíz de la crisis financiera y económica de 2008, y de la que el mundo tardó diez años en recuperarse plenamente.
Al comentar la situación de Latinoamérica, el director general de la OIT, Guy Ryder, recordó que ésta demuestra que no se puede ser ligero en la respuesta a esta pandemia y esperar tener buenos resultados socioeconómicos.
Tras una pregunta sobre la demora del Gobierno de Brasil en tomar medidas de contención al tiempo que minimizaba la gravedad del coronavirus, el responsable dijo que no se trata del único país en el mundo que «demoró en tomar las medidas correctas y, claro, hay consecuencias en términos de pérdida de empleos e ingresos a largo plazo».
Recordó que su propio país, el Reino Unido, tomó una actitud de ese tipo y pagó las consecuencias de ello. Actualmente es el quinto país más afectado del mundo por casos de coronavirus, mientras que Brasil está en segundo lugar y Estados Unidos -otro país que negó la crisis en una primera etapa- es el primero.
«La demora indebida en actuar en el aspecto sanitario de la pandemia provoca un resultado económico y social peor, y podemos aplicar la misma lógica al peligro de una segunda oleada, debemos ser muy cautelosos», recalcó Ryder.
Actualmente, el 93 % de los trabajadores del mundo están en un país que mantiene restricciones y cierres parciales de los lugares de trabajo.
Este nuevo análisis de la OIT tiene un enfoque particular en el impacto de la pandemia en las mujeres, que serán, sin ninguna duda, las más perjudicadas en términos laborales porque están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados (turismo, alimentación, ventas y manufactura), y porque son las que realizan la mayor parte del trabajo de cuidados no pagados.
«Tememos que los modestos progresos que se habían hecho en términos de igualdad de género se reviertan», comentó Ryder, quien recordó que 510 millones o el 40 % de todas las mujeres trabajadoras están en las áreas de la economía más golpeadas por el COVID-19, en comparación con el 36 por ciento de los hombres.
Para la segunda mitad del año, la OIT concibe tres escenarios, entre los cuales el medio apunta a una recuperación de la economía, del consumo y de las inversiones que limitarían la pérdida de empleos a 140 millones.
El escenario pesimista, que incluye una segunda oleada pandémica y la vuelta a los confinamientos, implicaría la pérdida de 340 millones de empleos, mientras que el optimista -que requeriría una recuperación excepcionalmente fuerte y rápida- limita la pérdida de puestos a 34 millones.